A pesar de las promesas del gobierno federal y las dependencias estatales de Salud, el desabasto de medicamentos en algunas clínicas del Estado de México, particularmente en las adscritas al IMSS-Bienestar, es alarmante y alcanza hasta un 70%, según el personal de las unidades.
Un recorrido realizado por El Sol de Toluca en clínicas de primer nivel revela que, aunque estas instituciones aseguran ofrecer atención médica de calidad y medicamentos gratuitos en unidades con infraestructura digna, la realidad en la práctica dista de ello. En la clínica ubicada en la colonia Reforma Tlalmimilolpan, en Lerma, el personal informó que recientemente recibieron una dotación mínima de medicamentos, ya que desde noviembre de 2024 no tenían suficiente stock.
“Se supone que deben suministrarnos medicamentos mensualmente, pero eso no ha sido así. Hemos sobrevivido con lo poco que nos queda o con donaciones de los propios pacientes y vecinos, en algunos casos caducadas”, afirmó un empleado.
Otra trabajadora de esa misma unidad, situada en una zona remota conocida como La Montaña, criticó la propaganda del IMSS-Bienestar y señaló que, al llegar los pacientes, esperan recibir medicamentos y atención con todos los insumos, pero eso no sucede en realidad.
Además, el personal médico en servicio social también evidenció desigualdades en los recursos. Comentó que los beneficiarios de programas del gobierno federal reciben más recursos que los practicantes, quienes en algunos casos ganan más sin estudiar ni trabajar, una situación que consideran injusta.
En dicha clínica, tras la reciente dotación, se abasteció de medicamentos para enfermedades crónicas como la diabetes, incluyendo metformina e insulina. Sin embargo, el personal advirtió que este suministro será insuficiente para el volumen de pacientes atendidos diariamente, que en algunos días llega a 20, con picos mayores en días posteriores.
El protocolo de atención en los centros IMSS-Bienestar indica que las personas deben acudir a la clínica más cercana para evaluación y, si es necesario, ser canalizadas a un nivel superior —segundo o tercer nivel— para atención especializada, además de solicitarles conocer su código postal para localizar la unidad más cercana.
Una paciente, Sonia Velázquez, comentó que llegar a la centro no le resulta complicado, pero la atención se ve afectada por el desabasto. Ella, quien padece diabetes, señaló que en ocasiones el personal tiene que hacer esfuerzos para entregarles los medicamentos, ya que en varias ocasiones no cuentan con insulina o metformina, y también necesita medicinas para la presión arterial.
El personal de las clínicas del Bienestar expresó que la reacción de los pacientes, cuando no reciben los medicamentos, suele ser de enojo. Señalaron que, si tuvieran los fármacos asegurados,éste no sería un problema. Añadieron que esperaban que el desabasto fuera una situación temporal ligada a cambios en las administraciones federal y estatal, pero que esa problemática aún persiste, a decir de ellos.
Expertos y colectivos como Cero Desabasto evidencian que el desabasto en México se debe, en parte, a una estrategia fallida contra la corrupción y a recortes en la compra de insumos médicos por parte de la administración actual. Se estima que más de 7.5 millones de recetas no se han surtido en el país, y algunos reportes indican que en el sector público el desabasto alcanza alrededor del 25%, es decir, que solo se surten tres de cada cuatro medicamentos necesarios.
Desde la clínica de Lerma, también reportaron que no cuentan ni siquiera con sobres de Vida Suero Oral (VSO), un producto importante para la rehidratación en casos de diarrea, que en el pasado se entregaba gratuitamente incluso en Escuelas de Educación Básica. La ausencia de este tipo de insumos, que ayuda a prevenir la deshidratación en niños menores de cinco años y adultos mayores de 60, refleja el deterioro en el abastecimiento de medicamentos básicos en estas instituciones.