El presidente de Colombia, Gustavo Petro, encabezó el acto público de reconocimiento de responsabilidad internacional en los casos de CAJAR contra Colombia y Pedro Julio Mahecha Ávila contra el Estado, realizado el 17 de octubre en la Casa de Nariño. Desde el inicio, Petro afirmó que 'este es un acto donde yo pido disculpas como jefe del Estado' y reflexionó sobre la presencia del Estado en los territorios, cuestionando si realmente está allí, más allá de las leyes y las apariencias.
Durante su discurso, Petro criticó la normalización de la violencia en Colombia, comparando los hechos históricos del país con el conflicto en Medio Oriente. Sostuvo que la población en las regiones colombianas ha llegado a aceptar como normales los hechos violentos, como el uso de bombas en conflictos armados, y señaló que incluso cuando se tomó la decisión de cerrar las exportaciones de carbón a Israel, algunos medios cuestionaron la pérdida de dólares en lugar de apoyar la postura del Gobierno.
Sus palabras, particularmente la comparación entre la situación en Colombia y los bombardeos en Gaza, provocaron molestia entre algunos asistentes. En un momento, un participante le reclamó: 'Deje de burlarse de nosotros que estamos en un acto de reconocimiento'. Petro respondió con humor y reconocimiento de la tensión, diciendo: 'Ay, Dios. Estoy en eso. Usted me tiene algo, pero voy para allá. Y este será, digamos, el hecho por el cual se recuerda este evento. Lamentablemente'.
El mandatario reafirmó su compromiso de hablar desde su corazón y denunciar lo que considera injusticias, tanto en Colombia como en Medio Oriente. Aseguró que no guardará silencio respecto a los hechos en Palestina y recordó que su discurso será siempre sincero, aunque moleste a algunos.
Asimismo, criticó duramente a las instituciones del Estado, acusándolas de ser las principales centros de criminalidad en Colombia, donde se negocian acuerdos ilegales en detrimento de los recursos públicos. Petro afirmó que esas instituciones están en competencia interna por obtener mayores beneficios económicos mediante actos ilícitos y que estos robos ascienden a miles de millones de dólares, recursos que debían destinarsi a desarrollo regional.
El presidente concluyó señalando que estos actos de corrupción, impulsados por funcionarios, socavan el avance del país y perjudican a las comunidades, en un claro llamado a denunciar y combatir la corrupción en Colombia.