Activistas de la Flotilla Global Sumud en Turquía acusaron a las autoridades israelíes de someter a sus miembros, incluyendo a la activista sueca Greta Thunberg, a condiciones de detención inhumanas tras su intercepción en aguas internacionales cerca de Gaza. Según los testimonios, los 137 activistas —36 turcos y 101 de otras nacionalidades— estuvieron sin comida ni agua entre 36 y 40 horas, durante las cuales incluso intentaron beber del inodoro. En el aeropuerto de Estambul, los activistas denunciaron que fueron esposados, forzados a sostener banderas israelíes, y que Thunberg fue golpeada, arrastrada por el suelo y sometida a golpes y registros corporales repetidos. Además, relataron que algunas mujeres tuvieron que quitarse sus pañuelos y camisetas para cubrirse tras la confiscación de sus prendas. Testigos también afirmaron que los activistas estuvieron expuestos al sol por más de cuatro horas, y que en la madrugada, militares con perros entraron en sus habitaciones, interrumpiendo el sueño y realizando revisiones frecuentes. Desde Turquía, exigieron la liberación inmediata de los ciudadanos detenidos en Israel, incluyendo a otros 14 turcos que permanecen en territorio israelí. La operación de interceptación ocurrió en aguas internacionales, a unas 70 millas náuticas de Gaza, con la justificación israelí de que las embarcaciones se dirigían a un 'zona de combate activa'. Los activistas y sus barcos fueron llevados a la prisión de Saharonim en el desierto israelí, donde permanecen más de 450 personas en condiciones que críticos señalan como abusivas.