Aunque las autoridades descartaron una plaga de roedores en la Alameda Central de Toluca, tanto comerciantes como visitantes coinciden en que el parque requiere una intervención integral, dado que lleva varios años sin un mantenimiento adecuado. La semana pasada, el Cabildo de Toluca aprobó por mayoría redirigir 1.5 millones de pesos provenientes de rendimientos bancarios para su inversión en la Alameda o en el parque Cuauhtémoc. Durante un recorrido por el lugar, se observó que personal municipal realiza trabajos preliminares, principalmente en el retiro de plantas y la instalación de tubería. Un empleado de mantenimiento del ayuntamiento comentó que sí se están realizando labores relacionadas con la infraestructura, y que la remodelación definitiva ya ha sido anunciada por el presidente municipal, por lo que se espera su inicio. Sobre la posible presencia de roedores, señaló que la situación no es grave y no se compara con la problemática en el Jardín Zaragoza; aseguró que algunas especies aún se avistan, pero que con las mejoras en el parque el problema desaparecerá. Por su parte, los comerciantes denunciaron que la acumulación de basura en los contenedores es el principal causante de atraer roedores, especialmente en la zona cerca de la fuente, donde algunos animales salen por las tardes y noches. Doña Tere, vendedora local, explicó que cuando los contenedores se llenan y la basura se cae, los roedores se ven más. Los visitantes también expresaron que el parque ha perdido atractivo por falta de inversión, destacando el deterioro del césped en las áreas de gimnasio abierto, que en el pasado lucía en buen estado, pero ahora muchas zonas aparecen sin pasto. Además, señalaron la presencia constante de comercio informal que cada fin de semana convierte el lugar en un tianguis, dificultando el paso y afectando la tranquilidad del espacio. Roberto Ávila, vecino y usuario frecuente, afirmó que las autoridades deben regular esa actividad para recuperar el orden y la limpieza del parque, asegurando que no están en contra del entretenimiento juvenil, pero sí de la proliferación del comercio no autorizado que afecta la esencia del espacio público.