TOLUCA, Estado de México, 5 de octubre de 2025 — Más del 62 por ciento de los hogares en diversos municipios del Estado de México consideran que el desabasto y la escasez de agua son uno de sus principales problemas cotidianos, según un estudio reciente elaborado por AIMSA, Medición y Estrategia en Opinión Pública.
El sondeo señala que al menos el 38 por ciento de los encuestados recibe agua de forma continua y diaria, mientras que un 44 por ciento cuenta con agua potable solo algunos días a la semana. Lamentablemente, un 18 por ciento de las familias declara recibir este recurso solo una o dos veces por semana.
Las zonas metropolitanas del Valle de México, caracterizadas por su rápido crecimiento urbano, enfrentan las mayores dificultades para el abastecimiento, debido a la limitada capacidad de los sistemas hidráulicos municipales.
Dentro del estudio, los municipios del Oriente mexiquense destacan por sus severos problemas con el agua: Ecatepec lidera la lista con al menos un 74 por ciento de la población reportando cortes prolongados y baja presión en los sistemas de suministro; Nezahualcóyotl sigue con un 68 por ciento de familias afectadas, especialmente en áreas elevadas.
Tlalnepantla presenta un 61 por ciento de viviendas con bajo acceso al recurso hídrico, mientras que Chalcory enfrenta un agravamiento en las interrupciones, con el 59 por ciento de los encuestados indicando semanas completas sin agua. En Toluca, un 56 por ciento de los habitantes dependen del tandeo o del uso de pipas.
A pesar de ello, algunos municipios mantienen un adecuado suministro. Huixquilucan destaca con menos del 63 por ciento de su población reportando problemas en el servicio de agua; Metepec tiene un 58 por ciento de satisfacción; y Lerma, un 51 por ciento, califica su servicio como regular.
El 84 por ciento de las familias afectadas almacenan agua en tinacos y cisternas para uso cotidiano, mientras que un 27 por ciento recurre a la compra de pipas privadas, lo que implica costos adicionales.
Entre las causas del problema, el 72 por ciento atribuye la situación a una mala gestión de los sistemas municipales y estatales, el 18 por ciento señala el crecimiento poblacional desordenado, y un 10 por ciento responsabiliza a las condiciones climáticas y sequías.
El desabasto en la región es uno de los principales retos estructurales que afectan la calidad de vida y la salud pública de sus habitantes. Se requiere mayor inversión en infraestructura y modernización de redes, además de promover una gestión hídrica más transparente y eficiente.