El viernes 17 de octubre de 2025, la jornada en las inmediaciones de la embajada de Estados Unidos en Bogotá estuvo marcada por disturbios que dejaron como saldo cuatro policías de la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (Undmo) heridos. Los agentes fueron lesionados en rostro, brazos y piernas en enfrentamientos con manifestantes indígenas, algunos de los cuales, encapuchados, emplearon flechas, pólvora y artefactos incendiarios, provocando una atmósfera de humo y explosiones.
La Policía Nacional implementó un operativo para proteger a los residentes y al personal diplomático, contener la movilización y prevenir la propagación de la violencia, lo que resultó en congestión vehicular en la ciudad.
La agresión a la embajada estadounidense generó diversas reacciones en el país. El expresidente Álvaro Uribe Vélez utilizó sus redes sociales para condenar los hechos y dirigirse al Gobierno nacional, sugiriendo que los ataques fueron consecuencia de la postura del presidente Gustavo Petro respecto a Estados Unidos.
Uribe Vélez afirmó que, en su opinión, la actual administración busca debilitar las relaciones diplomáticas, con la intención de que Colombia sea vista como un enemigo en lugar de un aliado por la nación que lidera Donald Trump. En su cuenta de X, el exsenador expresó: “Comunidad informa: Encapuchados atacaron esta tarde la Embajada de Estados Unidos en Bogotá. La policía reaccionó valientemente y hay algunos heridos sin que se sepa el alcance. En el pasado declararon a Chávez como el Nuevo Mejor Amigo, y este Gobierno quiere volver a los Estados Unidos, el Nuevo Mayor Enemigo”.
Asimismo, Uribe enfatizó la necesidad de un líder que restablezca la buena relación con Estados Unidos: “Necesitamos un Gobierno que recupere la mejor relación con los Estados Unidos”.
Por su parte, el presidente Gustavo Petro se comunicó a través de X, donde informó que ordenó máxima protección para la embajada de EE. UU. en Bogotá. Confirmó que hubo agresiones contra la policía y que varios jóvenes resultaron heridos con flechas. Petro afirmó: “Ordené el máximo cuidado con la embajada de los EE. UU. en Bogotá. Mal que después de llegar a un acuerdo con el ‘Congreso de los Pueblos’ para levantar los bloqueos, un grupo más radical ha agredido a la policía con varios jóvenes heridos con flechas. La embajada se cuidó como prometí. Colombia cumple los tratados internacionales”.
El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, expresó su rechazo y ordenó la intervención de la fuerza pública en las inmediaciones de la embajada, asegurando que algunos encapuchados atacaron el lugar con artefactos incendiarios, explosivos y flechas. Anunció que denunciará estos actos ante las autoridades judiciales, la Defensoría del Pueblo y la ONU, y reafirmó su postura de que en Bogotá no se tolerarán actos de violencia y destrucción, indicando que recurrirá al uso legítimo de la fuerza cuando sea necesario.
Finalmente, el secretario de Gobierno, Gustavo Quintero, calificó los ataques como delitos y justificó la intervención policial como una medida crucial para proteger la integridad tanto de los agentes como de la ciudadanía.