Ana Luisa Peluffo fue una de las figuras emblemáticas del cine mexicano durante su época de oro, destacando no solo por su talento y belleza, sino también por su valentía al desafiar los tabúes sociales. Aunque comenzó su carrera en el teatro, rápidamente su presencia cautivó a los productores, lo que la llevó a protagonizar más de 160 películas.
Es recordada particularmente por su papel en la película “La Fuerza del Deseo” (1955), dirigida por Miguel M. Delgado, donde realizó el primer desnudo completo en la historia del cine mexicano. Este acto fue considerado revolucionario y generó polémica, con críticas que la tildaron de desvergonzada y que afectaron a su familia.
No obstante, la historia de Ana Luisa Peluffo va más allá de ese polémico momento. Desde pequeña destacó por su inteligencia, sencillez y alegría, cualidades que llamaron la atención de los productores. Nació el 9 de octubre de 1931 en Querétaro, siendo hija única de Ana María Paz y Luis Quintana. La muerte de su padre a causa del cáncer a los cinco años la hizo volverse más reservada, pero su espíritu artístico se manifestó en otros ámbitos.
Su interés por el espectáculo también se relacionó con la familia, ya que su madre se casó años después con el productor argentino Manuel Peluffo, quien le otorgó su apellido. Durante su adolescencia, Ana participó en el Ballet Acuático del Club Deportivo de Chapultepec, dirigido por Rosa Pardo, aunque sus padres no estaban convencidos de que siguiera esa carrera, lo que la llevó a mudarse varias veces y eventualmente a incursionar en el teatro en Estados Unidos.
Fue en 1953 cuando consiguió su primera oportunidad en el cine con el filme “Orquídeas para mi esposa”, gracias a su padrastro. Sin embargo, su gran oportunidad llegó con “La Fuerza del Deseo”, donde su atrevido desnudo la convirtió en un ícono y en tema de conversación en toda América Latina, Europa y Estados Unidos. Pese a su éxito internacional, enfrentó duras críticas por parte de una sociedad conservadora y por parte de su propia familia, quienes acusaron que su decisión de mostrar su cuerpo respondía a problemas económicos.
Tras ese papel, Ana Luisa Peluffo continuó participando en otros filmes como “El seductor”, “La ilegítima” y “La Diana cazadora”, en los que repitió escenas similares. Sin embargo, la exposición excesiva en papeles que requerían desnudos comenzó a limitar sus propuestas, por lo que decidió buscar nuevas oportunidades en Europa, donde participó en varias producciones.
Su vida personal estuvo marcada por cuatro matrimonios: primero con Labib Hadad, después con el actor Octavio Arias, luego con el cantante Carlos Montiel —con quien tuvo a su hijo Martín Luis— y finalmente con el empresario Carlos Cerro, quien falleció seis años después de su boda.
Ana Luisa Peluffo dejó una huella indeleble en la historia del cine mexicano, no solo por su talento actoral, sino también como una mujer que desafió los convencionalismos sociales y culturales de su tiempo.