La reconocida actriz Ana Martín fue recibida en Irapuato con un caluroso homenaje que reflejó la profunda admiración y cariño que el público le profesa, consolidando su legado de más de 60 años en la actuación. En una exclusiva entrevista con Organización Editorial Mexicana en Guanajuato, Ana compartió con sinceridad lo que ha significado su carrera, su conexión con los espectadores y su visión del presente.
“El homenaje fue extraordinario, toda la gente fue encantadora. Pero hay algo que es extraordinario, no solo aquí, sino en todas partes: el público. La gran pasión de mi vida ha sido mi carrera, y se los debo a ustedes, que han estado conmigo durante seis décadas”, expresó visiblemente emocionada.
Reconocida por su legado que trasciende generaciones, Ana afirmó que sigue encontrando nuevas motivaciones para seguir actuando, siempre con la misma pasión: “Lo que voy a hacer mañana no lo sé, pero lo que sí sé es que no me gusta actuar solo los personajes, me gusta vivirlos”.
Con honestidad, comentó que su trayectoria ha tenido altibajos: “He vivido una vida que nunca ha sido gris, siempre ha sido blanco o negro. Muchas veces no he sido feliz, pero hoy, tras este homenaje, estoy completamente feliz, abrumada por el amor de la gente. El corazón lo traigo roto de tanta felicidad”.
Durante su visita, también dirigió un mensaje a las nuevas generaciones: “Estamos viviendo un cambio de era. A los jóvenes hay que apoyarlos, prepararlos. Que estudien, que se formen y que vivan con pasión. No es fácil, pero con coraje y entrega, todo es posible”.
Asimismo, hizo un llamado a la conciencia social respecto al bienestar animal: “Apoyemos a los animalitos. No al maltrato animal, por favor. Si no los quieren, no los lastimen. Adopten, no compren. Ellos solo dan amor, y si ven que los maltratan, denuncien”.
Ana Martín finalizó con un emotivo mensaje: “No tengo palabras para agradecer tanto amor. Me han hecho muy feliz. Muy, muy feliz”.
Su visita dejó en la comunidad recuerdos imborrables y una huella profunda en quienes admiran no solo su talento, sino también su humildad, sensibilidad y espíritu solidario. Ana Martín sigue siendo un ejemplo de humanidad y pasión por la vida.