El presidente de Madagascar, Andry Rajoelina, disolvió este martes la Asamblea Nacional mediante un decreto, en medio de una confrontación política y protestas masivas en la isla. La decisión fue tomada antes de una votación promovida por la oposición para destituirlo del cargo, en un contexto de crisis que lleva más de dos semanas de manifestaciones callejeras encabezadas por jóvenes inconformes con la élite gobernante.
La disolución del Parlamento entró en vigor inmediatamente tras su publicación en medios oficiales, según informó la Presidencia a través de Facebook. El mandatario, quien ha enfrentado fuertes protestas por cortes de agua y electricidad y acusaciones de corrupción, defendió la medida argumentando que busca "restablecer el orden y fortalecer la democracia".
Este fin de semana, un contingente militar se unió a las protestas, y soldados pidieron a las fuerzas de seguridad que no disparen contra la población. En una de sus primeras apariciones desde entonces, Rajoelina negó tener intención de renunciar y pidió respeto a la Constitución, además de aclarar que se encontraba en un "lugar seguro" tras recibir amenazas a su vida.
Rajoelina, ex alcalde de Antananarivo y reelegido en 2023 en una elección boicoteada por la oposición, enfrenta acusaciones de dejar el país y de supuesta inacción ante la crisis. La oposición busca su destitución, mientras acusa al mandatario de abandono de funciones.
Este conflicto se produce en un contexto de tensión política creciente en Madagascar, con protestas que también exigen el fin de la corrupción y mayores oportunidades para la población.