Los hogares en el Estado de México registraron un ingreso corriente promedio trimestral de 74 mil 162 pesos en 2024, cifra que refleja un crecimiento comparado con los 63 mil 248 pesos de 2022, representando un incremento del 14.72%. De estos ingresos, el 17.1% provino de transferencias, incluyendo programas sociales, jubilaciones, pensiones, donativos y otros conceptos, sumando 12 mil 721 pesos.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del INEGI, las transferencias que aportan recursos a los hogares también incluyen apoyos en especie, becas escolares y remesas internacionales, aunque en menor proporción.
En 2024, aproximadamente la mitad de ese ingreso trimestral, 46.86%, fue generado por jubilaciones, pensiones, indemnizaciones y otros beneficios laborales. Además, de los recursos de transferencias, 67 pesos provinieron de becas gubernamentales, y 1,333 pesos de donativos. Las remesas internacionales aportaron unos modestos 123 pesos en promedio.
Las transferencias vinculadas a programas sociales aumentaron un 45.5% en comparación con 2022, logrando una variación porcentual positiva del 34.3% en esa fuente de ingreso durante el mismo período.
A nivel territorial, el ingreso promedio en áreas urbanas supera en más de 20 mil pesos al de las rurales. En cuanto a gastos, el gasto corriente promedio en los hogares mexiquenses fue de 49,595 pesos trimestrales, por encima del promedio nacional de 47,674 pesos, destinando aproximadamente la mitad de sus ingresos para cubrir sus gastos.
Querétaro fue el estado con mayor gasto promedio por hogar (66,762 pesos), seguido por la Ciudad de México (66,506 pesos). En el Estado de México, el 37.7% del gasto trimestral se destinó a alimentos, bebidas y tabaco; mientras que un 19.5% fue para transporte.
En hogares urbanos, el gasto en vivienda y servicios fue de 5,006 pesos, representando un 9.6% del gasto total, en contraste con los hogares rurales, que destinaron 1,781 pesos (5.8%) a ese rubro.
Estos datos reflejan un aumento importante en los ingresos de los hogares mexiquenses, impulsado en gran parte por las transferencias sociales y otros beneficios, además de mostrar diferencias significativas en gastos y distribuciones por región.