Las autoridades francesas han iniciado acciones contra la plataforma de comercio electrónico Shein, tras detectar que ofertaba muñecas sexuales con características infantiles en su sitio web, lo que representa una grave violación a la ley. La Dirección General de la Competencia, el Consumo y la Represión de Fraudes (DGCCRF) detectó en septiembre pasado esos productos, cuyos contenidos fueron considerados por la entidad como pedopornográficos debido a su descripción y categorización.
El incidente ha llevado al ministro de Economía de Francia, Roland Lescure, a advertir públicamente que si estas prácticas se repiten, podría solicitarse la prohibición definitiva de Shein en el mercado francés, conforme a la legislación vigente. La normativa francesa faculta a las autoridades a vetar a empresas involucradas en actividades relacionadas con terrorismo, tráfico de drogas y, en este caso, objetos con contenido pedófilo.
En respuesta, Shein confirmó la retirada inmediata de los productos cuestionados, aunque esto ha puesto en entredicho los controles internos de la compañía para evitar cumplir con las leyes europeas y francesas. La polémica no es la primera incidencia de Shein con las autoridades francesas; en años recientes, la empresa ha sido multada por prácticas como competencia desleal, uso no autorizado de cookies y promociones engañosas.
Estas acciones se enmarcan en una estrategia gubernamental para reforzar los controles sobre los comercios digitales extranjeros en Francia. Desde 2026, se aplicará una tasa de 2 euros a cada pequeño paquete que llegue desde fuera de la Unión Europea, con el fin de regular la introducción de productos de plataformas como Shein y Temu.
Este aumento en la vigilancia coincide con la rápida expansión de Shein en Europa, que actualmente prepara la apertura de su primera tienda física en París, en los grandes almacenes BHV Marais. La venta de muñecas con apariencia infantil, justo antes de la inauguración, ha avivado la atención pública y la presión de las autoridades, que consideran a Shein un competidor global que, a pesar de su éxito, plantea dudas sobre el cumplimiento de las normativas europeas.
Organizaciones de consumidores y entidades regulatorias continúan monitoreando de cerca las prácticas de Shein, ante la rápida disponibilidad de nuevos productos y el riesgo potencial de venta de artículos ilegales. El gobierno francés mantiene una postura de vigilancia activa sobre el comercio electrónico de origen no europeo, con énfasis en plataformas que pueden afectar la seguridad y el bienestar de los consumidores.
