El bitcoin, pionero en el mercado de criptomonedas, fue creado por Satoshi Nakamoto en 2008 con una propuesta de impulsar un sistema financiero libertario y desafiar a las instituciones tradicionales tras la crisis global de ese año. La elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos en 2016 generó un impulso positivo para las principales criptomonedas, y a finales de 2024, bitcoin alcanzó un nuevo máximo histórico superando los 107,000 dólares por unidad, motivado en parte por la intención del presidente estadounidense de establecer una reserva estratégica de la criptodivisa en EE. UU.
Durante 2024, las criptomonedas han sido un tema de especial interés, influenciado por iniciativas gubernamentales y avances en inteligencia artificial. La reciente demostración del modelo de IA chino DeepSeek provocó caídas en bitcoin y otras criptomonedas en los mercados globales. Actualmente, a las 09:00 horas (UTC), bitcoin cotiza en aproximadamente 111,295 dólares, reflejando un incremento del 4.23% en las últimas 24 horas y una variación del 0.55% en la última hora. Mantiene además el puesto número uno en capitalización de mercado dentro del sector.
Desde marzo del año pasado, bitcoin ha registrado un nuevo máximo histórico cercano a los 73,000 dólares, consolidándose como la criptomoneda más importante, en medio de un ingreso sin precedentes de inversiones hacia estos activos digitales, un fenómeno que ha fortalecido la percepción del sector financiero digital.
Este aumento en el valor de bitcoin refleja un creciente interés y confianza de los inversores, beneficiando también al mercado de criptomonedas en general y fomentando mayor estabilidad y visibilidad, según análisis de Bloomberg. Expertos atribuyen este crecimiento a múltiples factores: la adopción institucional, la búsqueda de alternativas de inversión ante la incertidumbre económica mundial y las continuas innovaciones en la tecnología blockchain que respalda a estas monedas digitales.
Para comprar e intercambiar bitcoins, los usuarios recurren a plataformas especializadas, cuyo valor fluctúa según la oferta, demanda y compromiso del mercado, pudiendo variar rápidamente. Es importante recordar que invertir en criptomonedas implica riesgos elevados: su valor puede subir, pero también caer abruptamente, poniendo en peligro los ahorros de los inversores.
El almacenamiento se realiza a través de monederos digitales o wallets, que son softwares donde se guardan las claves que acreditan la propiedad de las criptomonedas. La protección de estos códigos es fundamental para mantener la seguridad de los fondos. En este entorno, los inversores deben actuar con cautela y estar informados sobre las volatilidades y riesgos asociados a este mercado emergente.