Boda aplazada por una catástrofe natural, pero convertida en acto de solidaridad y esperanza

Por: Equipo de Redacción | 23/10/2025 11:30

Boda aplazada por una catástrofe natural, pero convertida en acto de solidaridad y esperanza

La noche del 29 al 30 de octubre de 2024, mientras Lidia Tomás y Alfonso Colomano ultimaban los preparativos de su boda en su vivienda de l’Eliana, Valencia, recibieron noticias alarmantes sobre una DANA que provocaba una riada devastadora en la provincia, sepultando barrios bajo lodo y destruyendo hogares y vidas.

"No pudimos dormir, las noticias nos tenían en vela. Para nosotros, fue un día normal", recordó Alfonso en declaraciones a Europa Press. La pareja tenía previsto contraer matrimonio el 1 de noviembre en la Masía de San Antonio del Poyo, un histórico enclave del siglo XVIII junto al barranco homónimo.

Sin embargo, la finca quedó incomunicada y el encargado, durante horas, no respondió las llamadas. "La masía estaba aislada; el cuidador no respondía durante un tiempo", explicó Alfonso. Como resultado, la boda fue cancelada.

Con el paso de las horas, la gravedad del desastre quedó clara: 229 muertos, cientos de viviendas destruidas y municipios enteros bajo agua y barro. "Nosotros tuvimos mucha suerte: no hubo víctimas en nuestra localidad ni en el camino hacia ella", afirmó la pareja.

"Si la DANA hubiera ocurrido en la fecha prevista, habría sido una tragedia aún mayor. Fue como un milagro", aseguraron. La Masía de San Antonio del Poyo sufrió daños severos, con el agua alcanzando 1.80 metros en su interior. "La masía quedó completamente arrasada", recuerda Lidia, emocionada al rememorar aquellos días.

En lugar de lamentarse, Lidia y Alfonso decidieron convertir el 1 de noviembre, el día de su boda, en una jornada de ayuda y solidaridad. "Pasamos ese día en el Banco de Alimentos de la Pobla de Vallbona, apoyando a quienes estaban atravesando la tormenta", contó Lidia.

"En ese entorno, no creo que hubiéramos tenido la energía para celebrar. La prioridad era ayudar a quienes más lo necesitaban", agregó Alfonso. "Pensábamos menos en nosotros y más en la gente de los pueblos afectados. Nos sentimos afortunados de poder apoyar", añadió.

La Masía sufrió daños en jardines, accesos y estructuras. Patricia Gabaldón, del departamento comercial de Catering 5, empresa encargada del recinto, rememora el caos de aquellos días: "La DANA provocó la cancelación de cinco bodas en el lugar. Nuestro objetivo era reabrir a finales de noviembre, y lo logramos en tan solo 26 días".

Agradecida por la solidaridad mostrada, Gabaldón destacó la colaboración de voluntarios, trabajadores y parejas: "Fue impresionante la ayuda recibida y la confianza de todos". Tras una restauración exhaustiva, la masía recuperó su esplendor, incluso más bonita que antes.

Seis meses después del desastre, el 18 de abril de 2025, Lidia y Alfonso regresaron a la masía para cumplir su sueño de casarse. "Fue una manera de decir que, aunque no pudimos antes, ahora sí lo haremos con más ilusión y fuerza", explicó Lidia.

El vestido de novia, que había recogido el 28 de octubre, permaneció colgado en un armario durante seis meses. "Lo tenía guardado y, de vez en cuando, lo miraba. Nunca lo llegué a abrir, lo prometí y lo cumplí", confesó Alfonso con una sonrisa.

La pareja mantuvo algunos detalles de la boda original, como los portanillos hechos por una amiga que no pudo asistir a la nueva ceremonia, con la fecha del 1 de noviembre de 2024. "Será un recuerdo que llevaremos siempre en el corazón".

Aquel 18 de abril fue un día lleno de alegría, emociones y recuerdos. "Me sentí como en una burbuja, todo fue perfecto", narró Alfonso. "Hemos tenido dos hijas maravillosas y nos casamos. Lo volvería a hacer mil veces. Ese día, será un recuerdo para toda la vida", concluyó.