Cafetines de Buenos Aires: emprendimientos femeninos que revitalizan San Telmo con color, historia y sabor

Por: Equipo de Redacción | 19/10/2025 00:00

Cafetines de Buenos Aires: emprendimientos femeninos que revitalizan San Telmo con color, historia y sabor

En los recientes años, la apertura de nuevas cafeterías en Buenos Aires ha seguido un patrón distintivo, alejándose de las franquicias y cafés de especialidad para apostar por proyectos autónomos, desafiantes y con fuerte impronta femenina, especialmente en barrios con historia, como San Telmo. Hoy, les cuento sobre Casa Telma, un café que abrió sus puertas en julio de 2018 en la esquina de Carlos Calvo y Bolívar, en San Telmo, en la que comparte su propietaria, Camila Sachella, un vínculo cercano y amor por el oficio.

El nombre del local, Casa Telma, no es casual. Representa una declaración de principios y una narrativa que conecta con el barrio, siendo una extensión de su historia familiar. Camila, de 35 años, asumió la responsabilidad de gestionar el espacio a los 28, en una esquina emblemática frente al Mercado de San Telmo, un vecindario que la vio crecer. La cafetería comenzó siendo un local más pequeño, pero en 2022, tras la demolición de un local vecino, se amplió para ocupar toda la esquina, recibiendo la mejor luz solar del barrio.

Una de las tendencias que destaca en estos emprendimientos es que las dueñas, además de mujeres, son profesionales en gastronomía. Muchas de ellas han estudiado para gestionar sus negocios, lo que ha elevado la calidad de la oferta, incluyendo la pastelería y los platos. En Casa Telma, la expansión también permitió ampliar la cocina, toda producida en el lugar y con un carácter artesanal y visible.

Otra diferencia notoria es la puesta en escena: estudios de arquitectura, interiorismo y diseño gráfico participan en la creación del entorno. En el caso de Casa Telma, el diseño de marca fue obra de Cucha Estudio, una argentina radicada en Barcelona. Camila, antropóloga formada en la Universidad de Buenos Aires, aporta ideas propias, incluyendo mobiliario hecho por su pareja, Fernando Koch, biólogo e investigador del Conicet, que realizó los trabajos en madera, como tapas de mesas, escaleras y la biblioteca de doble altura, donada por su padre, que confiere un clima hogareño.

Desde su apertura, Casa Telma contó con nueve empleadas, todas mujeres, y durante la cuarentena, su presencia en el barrio fue un sostén fundamental. Actualmente, abre de martes a domingo, de 8 a 20 horas, cerrando los lunes para producción.

El carácter femenino de estos emprendimientos se evidencia también en otros lugares del barrio, como El Citadino, de Parque Patricios, y El Efigenia, en Villa General Mitre. Todas muestran la mano de mujeres en su puesta en escena y administración.

En Casa Telma, el color ‘Joya de Neptuno’ en las carpinterías de hierro originales se convirtió en el sello distintivo, un tono que no fue elección inicial, sino resultado de la casualidad y que ahora es parte de su identidad.

¿Impulsan estos cambios la gentrificación en San Telmo? La respuesta es no. Mientras que el proceso de gentrificación implica el desplazamiento de lo popular por nuevas inversiones y públicos de mayores recursos, en el entorno de Casa Telma se mantiene vivo el espíritu barrial, aunque muchas vecinas tradicionales hayan sido desplazadas por franquicias y locales turísticos en el área del Mercado.

Una visita a Casa Telma coincide con un recorrido de alumnos de sala de 5 de la escuela del barrio, incluyendo a la hija de Camila, Amanda, que disfruta de un paseo con chocolate y medialuna por los alrededores, en un ejemplo de cómo estos espacios fortalecen la comunidad.

Para cerrar, recordemos las palabras de Enrique Santos Discépolo: el café es una escuela de todas las cosas. En un día de festejo familiar y de reconocimiento a las mujeres que dan vida a estos lugares, es oportuno recordar que el cafetín porteño ‘es lo único en la vida que se pareció a mi vieja’, una metáfora del arraigo, la historia y el amor que estos espacios transmiten.