Cambio en el mercado inmobiliario limeño: la compra supera al alquiler y redefine tendencias

Por: Equipo de Redacción | 17/10/2025 05:30

Cambio en el mercado inmobiliario limeño: la compra supera al alquiler y redefine tendencias

El mercado inmobiliario en Lima está experimentando un cambio notable: la compra de viviendas vuelve a tomar protagonismo frente al alquiler. Según el reciente Informe de Demanda Inmobiliaria de Urbania, actualmente el 51% de las búsquedas está orientado a la adquisición de propiedades, superando por primera vez en años al 49% enfocado en alquiler. Este cambio refleja un nuevo equilibrio en la forma en que los limeños conceptualizan su vivienda y sus finanzas.

Durante la pandemia y los años siguientes, el alquiler se consolidó como la opción más flexible. No obstante, desde finales de 2022 se observa una tendencia sostenida hacia la adquisición de inmuebles. Este giro se atribuye a factores como precios que crecen por debajo de la inflación, tasas hipotecarias relativamente estables (7,9%) y la reactivación de proyectos de primer uso que han dinamizado la oferta. Con el alquiler aumentando un 4,3% en lo que va del año, en contraste con un incremento del 1,1% en precios de venta, no sorprende que más familias vean en la compra una inversión a largo plazo.

Un perfil diferente del comprador inmobiliario surge en este contexto. El nuevo consumidor busca departamentos medianos, entre 60 y 80 m², con dos o tres habitaciones, en zonas céntricas y todavía accesibles en precio, como Jesús María, Surquillo o Magdalena. Este comportamiento indica una tendencia hacia un consumidor más racional, que prioriza la conectividad, los servicios y una buena relación costo-beneficio, en lugar del estatus que tradicionalmente asociaba ciertos distritos de alto valor.

Además, los datos muestran que Lima no es un mercado homogéneo. En la zona norte predomina una fuerte intención de compra, con más del 56% de las búsquedas, mientras que en el Centro Histórico —integrado por distritos como San Miguel, Magdalena, Pueblo Libre, Jesús María, Breña, La Victoria y Cercado de Lima— se mantiene un equilibrio entre compra y alquiler. Esta diversidad de escenarios presenta distintas oportunidades para inversores y desarrolladores.

Como en toda economía, existe el riesgo de interpretar estas cifras como una mera coyuntura. Sin embargo, lo que se percibe es un cambio más profundo: una transformación en la mentalidad de los consumidores. Las familias buscan más que un techo; desean estabilidad, patrimonio y previsibilidad financiera. La adquisición de vivienda comienza a verse como un paso lógico hacia la seguridad a largo plazo, mientras que el alquiler pierde atractivo por su carácter transitorio y sus costos crecientes.

No obstante, este impulso enfrenta desafíos, especialmente en términos de accesibilidad. Segmentos jóvenes que inician su vida independiente todavía enfrentan barreras para acceder a la vivienda. La articulación entre la oferta inmobiliaria, el financiamiento bancario y las políticas públicas será fundamental. No solo se trata de que el mercado crezca, sino de que lo haga con inclusión y sostenibilidad.

Desde mi perspectiva, esta tendencia hacia la compra no es pasajera. refleja una Lima que busca establecer certezas en medio de un entorno económico cambiante. Para el sector inmobiliario, es una llamada para mejorar: los compradores ya no aceptan promesas. Exigen ubicaciones estratégicas, proyectos bien diseñados y condiciones financieras transparentes.

El reto consiste en responder a esas expectativas. Si se consigue, esta nueva ola de demanda no solo fortalecerá un mercado más dinámico, sino también más maduro. Sin duda, esa sería la mejor noticia para todos los actores involucrados en el sector.