Tras la amenaza de tsunami generada por un terremoto de magnitud 8.8 en la península rusa de Kamchatka, diversos países del Pacífico, incluyendo México, Japón y Estados Unidos, lograron recuperar la calma. Aunque zonas de Centroamérica y Sudamérica permanecen en vigilancia, la situación en las costas del Pacífico se ha normalizado en gran medida.
El sismo originó cuatro grandes olas en las Islas Kuriles del norte, particularmente en Paramushir, sin registrar víctimas. La primera ola alcanzó 200 metros, dañando además la infraestructura en el puerto de Sévero-Kurilsk, lo que llevó a la evacuación de unas 2,700 personas en el archipiélago.
Posteriormente, la península de Kamchatka fue afectada por un segundo temblor de magnitud 6.2, localizado a 69 kilómetros de profundidad y a unos 200 kilómetros al este de su capital. Poco después, las autoridades rusas desactivaron la alerta de tsunami.
En Japón, las autoridades desactivaron la alerta tras varias horas de caos y advertencias. Se reportaron tsunamis de hasta 1.3 metros en Iwate, 80 centímetros en Hokkaido y 30 centímetros en Yokohama. La Agencia Meteorológica redujo la alerta a "aviso por riesgo de tsunami", tras haber puesto en marcha órdenes de evacuación que afectaron a alrededor de 2 millones de personas, además de interrumpir transportes en Tokio, Sendai y otras áreas.
En Estados Unidos, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, afirmó que la amenaza de un tsunami grave pasó, aunque mantienen algunas alertas preventivas en la costa oeste. Se registraron olas en California, con advertencias en Crescent City, y se rebajaron las alertas para Hawái, aunque advertencias sobre corrientes peligrosas continúan en todas las costas.
Para México, la presidenta Claudia Sheinbaum reportó que hasta ahora no hay daños en el país y que solo se han notificado variaciones en el nivel del mar en varias zonas del Pacífico, incluyendo Ensenada, Salina Cruz, Isla Clarión y Manzanillo.
En Centroamérica, se mantiene una vigilancia por olas de entre 30 centímetros y un metro. La Unión Internacional de Telecomunicaciones de Panamá informó que la alerta de evacuación solo aplica para las costas de Estados Unidos, Japón y Hawái, mientras que en otros países, la alerta es de vigilancia.
En Perú, al menos 65 puertos están cerrados y se espera un tren de olas de hasta 2.31 metros. En Chile, el gobierno declaró alerta roja y ordenó la evacuación en las áreas costeras desde Arica y Parinacota hasta Magallanes.
Costa Rica emitió una alerta amarilla y suspendió actividades acuáticas por las corrientes extraordinarias. Ecuador cerró temporalmente sitios turísticos en áreas protegidas y evacuó a 1,480 habitantes y turistas en las Islas Galápagos, especialmente en Santa Cruz e Isabela.
Finalmente, en Colombia se redujo el nivel de alerta a una advertencia por fuerte oleaje y olas de tsunami, ordenando el cierre de playas y restricciones en el tráfico marítimo en su costa pacífica.