El cardenal venezolano Baltazar Porras expresó en Roma su preocupación por la grave crisis que atraviesa Venezuela, calificándola como 'moralmente inaceptable'. Durante un acto en la Pontificia Universidad Lateranense, en el marco de la canonización de José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles—las primeras figuras venezolanas en ser reconocidas oficialmente como santos por la Iglesia católica—el arzobispo hizo un contundente llamado a la comunidad internacional y a las autoridades del país.
El cardenal señaló que la situación social en Venezuela se caracteriza por la reducción de libertades ciudadanas, crecientes niveles de pobreza, militarización del Estado que fomenta la violencia y una creciente corrupción, además de la falta de autonomía de los poderes públicos y el irrespeto a la voluntad popular. "Vivimos en una situación moralmente inaceptable; la merma del ejercicio de la libertad ciudadana, el crecimiento de la pobreza, la militarización como forma de gobierno que incita la violencia y la introduce como parte de la vida cotidiana, la corrupción y la falta de autonomía de los poderes públicos y el irrespeto de la voluntad popular configuran un panorama que no ayuda a la convivencia pacífica ni a superar las carencias estructurales de la sociedad", afirmó.
Durante el evento, en presencia de representantes de la Iglesia y un grupo de funcionarios del gobierno venezolano, Porras también abordó la problemática de los presos políticos. "El tema de los presos políticos, privados de libertad por razones no siempre claras, rompe la unidad familiar y causa sufrimiento a todos, sin que haya a quién recurrir", expresó.
Sus palabras resonaron especialmente entre los familiares y activistas que, horas después, se congregaron en Roma para exigir la liberación de más de 800 detenidos en Venezuela, según datos del Foro Penal Venezolano.
El arzobispo destacó además la figura de José Gregorio Hernández como un símbolo que une a la sociedad venezolana en su diversidad, y llamó a la población a seguir su ejemplo y trabajar por la paz, la justicia y la reconciliación.
Antes de concluir, Porras abordó la crisis migratoria, resaltando que desde la realidad venezolana, el tema de los migrantes requiere respuestas que incluyan acogida, protección, promoción e integración, recordando que 'cada ser humano es hijo de Dios, portador de la imagen de Cristo. No es solo un problema a ser afrontado, sino un hermano y una hermana que deben ser acogidos, respetados y amados'.
Por su parte, la Conferencia Episcopal Venezolana emitió un comunicado el 7 de octubre en el que reiteró la necesidad de implementar 'medidas de gracia' que conduzcan a la liberación de los presos políticos, considerando que la canonización de Hernández y Rendiles representa una oportunidad para que el Estado adopte decisiones en ese sentido. Los obispos advirtieron sobre el riesgo de usar la religión con fines políticos y llamaron a que la celebración no sea solo un acto externo, sino un momento de reflexión profunda sobre la realidad social, la salud y la educación en Venezuela.
Finalmente, la CEV instó a todos a dejar que el ejemplo de los nuevos santos inspire esfuerzos por fortalecer la convivencia pacífica y avanzar hacia una democracia más sólida y un país más solidario.