El sonido de los motores vibró nuevamente en el Autódromo Hermanos Rodríguez durante el octavo Gran Premio Histórico de la Ciudad de México, evento emblemático para los amantes del automovilismo. La familia Peralta subió al centro del escenario para presentar una colección inédita de autos clásicos que reflejan la perfecta unión entre historia, ingeniería y elegancia atemporal.
En el desfile destacaron íconos como el imponente Maserati MC12, el legendario Ferrari F50 —favorito de Carlos Peralta—, el radical KTM X-Bow GTR y el exclusivo Pagani Utopia, preferido de Nicolás Peralta. Además, las leyendas modernas no faltaron: el Hennessey Venom F5, el Bugatti Chiron, el Aston Martin Valkyrie y el Koenigsegg Jesko, que representan el máximo nivel en tecnología automotriz actual.
En total, más de 300 vehículos, desde clásicos hasta hiperautos de última generación, rodaron por la pista, conducidos por sus orgullosos propietarios. El evento reafirma su posición como un homenaje al legado artesanal del automovilismo mexicano e internacional, reuniendo a público de todas las edades, tanto extranjero como local, en una cita imperdible.
El Gran Premio Histórico, que comenzó en 2008, mantiene un proceso riguroso para seleccionar a los participantes. Las inscripciones, abiertas en promedio dos meses antes, evalúan cada vehículo para cumplir con el reglamento, que exige que los autos hayan sido manufacturados hasta 31 de diciembre de 1995. Sin embargo, autos con características sobresalientes en diseño o mecánica fabricados después de esa fecha también pueden participar.
En esta edición, el paddock del autódromo fue testigo de la exhibición de los tres autos más rápidos del mundo, capaces de superar los 480 kilómetros por hora. Para no perder las actualizaciones más importantes, se invita a seguir el canal de El Sol de México en WhatsApp.
Con información de JDS.