Catedral de fe o fachada: Cardenal señala que criminales asisten a Misa sin verdadera conversión

Por: Equipo de Redacción | 21/08/2025 05:00

Catedral de fe o fachada: Cardenal señala que criminales asisten a Misa sin verdadera conversión

Aunque algunos miembros de grupos criminales asisten a Misa, participan en celebraciones religiosas e incluso se confiesan, el cardenal monseñor Felipe Arizmendi Esquivel advierte que su fe no es auténtica si no existe arrepentimiento ni intención real de abandonar sus actividades ilícitas.

El obispo emérito de San Cristóbal de Las Casas explica que en muchas comunidades, sobre todo en la zona sur del Estado de México, es habitual ver a integrantes de grupos criminales acudir a los templos como cualquier feligrés. Sin embargo, aclara que esta participación no refleja un verdadero compromiso con los valores cristianos.

‘Si van, participan y hasta se confiesan en misas, pero siguen extorsionando o levantando a quienes no se someten a sus órdenes, eso no tiene valor ante Dios’, señala el cardenal.

Arizmendi indica que en esos lugares, especialmente en el sur del estado, algunos grupos criminales obligan incluso a sacerdotes a celebrar misas, bodas, bautizos o XV años en sitios específicos. La recomendación de los obispos es que, por la seguridad de todos, no se resistan; que permitan la celebración litúrgica y aprovechen para incluir catequesis, ya que muchos participantes no han recibido preparación sacramental.

Asimismo, refiere que en ocasiones, los sacerdotes solicitan a los asistentes armados que dejen sus armas en la sacristía durante la misa, y que al concluir, las recuperan. A pesar de portar imágenes religiosas o escapularios, muchos no viven conforme a los principios cristianos, lo cual deslegitima su verdadera fe.

El también invitado a reflexionar sobre la confesión, subraya que acudir a ella sin un arrepentimiento genuino y sin la voluntad de cambiar de vida invalida el sacramento. ‘Si solo van a confesarse por cumplir, no es válido. Debe haber un arrepentimiento sincero’, afirma.

El cardenal recuerda una ocasión en la que celebró la primera comunión de varios niños, entre ellos un líder armado que portaba su arma en la iglesia. También observó hombres armados en camionetas en los alrededores, posiblemente cuidando a su jefe.

‘Durante la homilía, aproveché para hacer una breve reflexión sobre el uso de las armas, con la esperanza de que reflexionaran y reconocieran que ese camino es el equivocado’, concluyó.