El miércoles 24 de septiembre, la Catedral Metropolitana de Ciudad de México será el escenario del jubileo dedicado a quienes laboran en las cárceles de la capital, el Estado de México y Morelos.
La elección de esta fecha y lugar coincide con la celebración de Nuestra Señora de la Merced, patrona de la orden mercedaria, cuyo carácter se centra en la redención de los cautivos, informó la Arquidiócesis Primada de México.
Este día resulta de gran relevancia, explicó la autoridad eclesiástica, ya que el carisma de los mercedarios es la redención liberadora: acompañar a quienes sufren en las cárceles.
Según la Arquidiócesis, esta celebración surge en Roma, cuando el Papa Francisco abrió por primera vez una Puerta Santa en una cárcel, la de Rebibbia, en el contexto del Jubileo 2025. Con ello, el pontífice quiso recordar que la esperanza también puede encontrarse tras los barrotes.
En México, al cierre de 2024, se registraban 236,773 personas privadas de libertad, de las cuales más de un tercio de los hombres y casi la mitad de las mujeres no contaban con sentencia definitiva.
A esto se suma la sobrepoblación en varios penales, una problemática que, según expertos, no se soluciona únicamente con mayor seguridad, sino mediante procesos judiciales más eficientes, medidas alternativas efectivas y programas de reinserción de calidad, informó la Santa Iglesia Metropolitana de México.
Durante la jornada jubilar, participarán sacerdotes, religiosas, voluntarios y movimientos laicales que trabajan en las cárceles, como la Confraternidad Carcelaria, el Grupo Emaús (que organiza retiros), Reach (apostolado de estudiantes y profesores de la red Anáhuac) y los equipos de la Pastoral Penitenciaria de la Arquidiócesis de México, quienes ofrecen asistencia espiritual, sacramentos, talleres y apoyo humanitario.
El trabajo de estos grupos está fundamentado en la Doctrina Social de la Iglesia, que sostiene que la pena no debe ser solo castigo, sino un camino hacia la responsabilidad, rehabilitación y restauración. La comunidad tiene un papel imprescindible en este proceso, incluyendo la visita, la escucha, el estudio, la atención en salud mental y las redes de apoyo postpenal, considerados elementos esenciales para la paz social.
Bajo el lema del Año Santo, “La esperanza no defrauda”, se hace un llamado a impulsar políticas públicas enfocadas en la reinserción, la defensa del debido proceso, la educación, la acreditación laboral, programas de salud mental, tratamiento de adicciones y empleo para personas egresadas de centros de detención.
En tiempos donde la cultura, el arte y la lectura son valores que enriquecen a la comunidad, esta iniciativa busca fortalecer la conciencia social y los derechos humanos, promoviendo una verdadera transformación social con justicia y dignidad para todos.