El Gobierno chino calificó este miércoles al presidente taiwanés, William Lai, de 'belicista' y 'saboteador de la paz' después de que el mandatario pronunciara un discurso solicitando apoyo público para fortalecer las capacidades defensivas de Taiwán.
Chen Binhua, portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado de China, afirmó que la declaración de Lai de 'luchar por Taiwán, Penghu, Kinmen y Matsu' en realidad responde a los intereses del Partido Democrático Progresista (PDP) y su búsqueda de la independencia taiwanesa. El vocero sostuvo que Lai exagera la 'amenaza militar del continente' para esconder su verdadera agenda separatista y advirtió que la independencia de Taiwán sería el mayor desastre para la región.
Asimismo, Chen reiteró que tanto Taiwán como las islas Penghu, Kinmen y Matsu forman parte de una sola China y que estas áreas son territorios 'sagrados' del Estado chino. Añadió que, mientras no se persiga la independencia, ambas partes podrían convivir en paz y promover el desarrollo conjunto.
Estas declaraciones se produjeron un día después de que Lai expresara que la 'amenaza militar de China está en aumento' y acusara a Pekín de buscar 'dominar el Pacífico Occidental y alterar el orden internacional basado en reglas'.
El mandatario taiwanés advirtió que si China logra anexar Taiwán, no se detendría allí, argumentando que esto reforzaría su capacidad para una expansión regional más agresiva. En su cuarto discurso sobre seguridad nacional —de diez programados— llamó a incrementar los recursos destinados a la defensa.
Lai destacó que Taiwán no iniciará guerras, pero defenderá su soberanía, la paz regional y el statu quo.
En respuesta, las fuerzas militares chinas han incrementado sus actividades cerca de Taiwán. El Ministerio de Defensa Nacional en Taiwán reportó 78 aeronaves chinas en las inmediaciones de la isla entre el martes y el miércoles.
Pekín considera a Taiwán como una 'parte inalienable' de China y no descarta el uso de la fuerza para lograr la reunificación, un objetivo declarado por el presidente Xi Jinping desde 2012. En los últimos años, China ha intensificado campañas diplomáticas y militares para presionar a Taiwán, realizando maniobras bélicas y retirando apoyo diplomático a Taipéi en favor de Pekín.
El Gobierno taiwanés, liderado por el PDP desde 2016 y con una postura soberanista, sostiene que la isla ya funciona de facto como un país independiente y que su destino solo puede ser decidido por sus 23 millones de habitantes.