Las predicciones meteorológicas, fundamentadas en observaciones y modelos matemáticos, permiten anticipar el estado de la atmósfera en un momento y lugar específicos, considerando variables como temperatura, humedad, presión, precipitaciones y viento.
Desde hace siglos, los pronósticos del tiempo se han basado en la observación de patrones en las nubes, el viento y los cambios estacionales, aunque en sus inicios eran poco precisos. Con la llegada de tecnologías modernas, especialmente las computadoras, los modelos matemáticos han perfeccionado estas predicciones, convirtiéndose en herramientas esenciales para sectores como transporte, agricultura, turismo, prevención de desastres, salud pública y operaciones militares. Sin embargo, también sirven para informarnos si debemos cargar un paraguas o elegir un outfit adecuado.
Para este viernes 17 de octubre en Acapulco de Juárez, uno de los destinos turísticos más importantes de México en Guerrero, el clima presenta las siguientes condiciones:
Durante el día, la temperatura máxima alcanzará los 30 grados Celsius. La probabilidad de lluvia será del 64%, con una nubosidad del 99%, y vientos de hasta 22 km/h. Los niveles de radiación UV podrían llegar hasta un nivel 2.
Por la noche, se espera una temperatura de aproximadamente 24 grados Celsius, con un 90% de probabilidad de precipitación y nubosidad del 100%. Los vientos disminuirán a 13 km/h.
El clima de Acapulco, caracterizado por su clima tropical húmedo influenciado por el Océano Pacífico, tiene una temperatura promedio anual de 26 grados. Las temperaturas máximas pueden superar los 36 grados, con percepciones térmicas que alcanzan los 41 grados. Las temperaturas más bajas en la región rara vez bajan de 16 grados, aunque en ocasiones extremas, como en febrero de 2021, han descendido a 16 grados debido a corrientes de aire ártico.
De mayo a noviembre, la temporada de tormentas tropicales y huracanes en la zona representa una amenaza significativa, siendo agosto y septiembre los meses con mayor cantidad de precipitaciones.
La falta de preparación ante estos fenómenos ha tenido costos elevados en México. La Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) calcula que, entre 2012 y 2024, el país pagó en promedio 7,591 millones de pesos anuales por siniestros relacionados con tormentas, lluvias intensas e inundaciones, un aumento del 91% respecto al período 2001–2012. Esta situación refleja una mayor vulnerabilidad operativa y financiera, especialmente durante la temporada de huracanes, que concluye el 30 de noviembre.
Para 2025, las autoridades estiman una alta actividad ciclónica, con predicciones de entre 8 y 9 tormentas tropicales, 4 o 5 huracanes de categoría 1 o 2, y hasta 6 huracanes intensos de categoría 3 o superior.
En este contexto, expertos como Eduardo Gutiérrez, socio director en Eikos, recomiendan fortalecer tres pilares clave: seguros apropiados, protocolos internos sólidos y alianzas estratégicas preestablecidas. Gutiérrez advierte que tener una póliza no garantiza plena protección a menos que contemple elementos como cobertura contra huracanes, tormentas, granizo, deslaves e inundaciones; protección contra interrupciones operativas y pérdida de ingresos; daños en bienes en tránsito o fuera de uso; gastos por reubicación temporal; remoción de escombros y limpieza; y procedimientos preferentes en la atención de siniestros. Además, aconseja revisar y actualizar periódicamente los valores asegurados y las ubicaciones de los activos.
Un Plan de Respuesta ante Tormentas (ERP) debe incluir cinco etapas: planeación anual, preparación inicial y final, respuesta durante el evento, recuperación post-evento con simulacros, y una actualización constante de procedimientos. La implementación de estos protocolos internos, como señala Alicia Martínez, Subdirectora de Daños, Autos y Fianzas en Eikos, es crucial para reducir impactos y facilitar la gestión con aseguradoras, asegurando así la continuidad de las operaciones en momentos críticos.