El clima en Guadalajara, como en muchas otras regiones de México, muestra signos claros del impacto del cambio climático: tardes de sol que pueden transformarse rápidamente en tormentas, variando abruptamente de una estación a otra. Consultar elclimase se ha convertido en una práctica habitual para determinar qué ropa vestir, planear viajes o decidir si es necesario llevar paraguas.
Este jueves 23 de octubre, el pronóstico para Guadalajara indica una probabilidad de lluvia del 0% durante el día y solo del 6% en la noche. La nubosidad será del 32% durante el día y del 48% en la noche. Se esperan temperaturas máximas de hasta 29 grados Celsius y mínimas de 13 grados, con niveles de radiación UV de hasta 7. Las ráfagas de viento podrán alcanzar los 20 kilómetros por hora durante el día y 18 kilómetros por hora en la noche.
Guadalajara, una de las capitales más importantes de México, posee un clima templado subhúmedo con características subtropicales, marcado por dos temporadas principales: una de mayor humedad y otra seca. La primavera es más cálida y seca, con meses como mayo y junio alcanzando temperaturas máximas de 35 grados y mínimas de 13. La temporada de lluvias se extiende de junio a octubre, trayendo tormentas eléctricas, vientos fuertes y granizadas, con temperaturas promedio de 26.5 grados. Los meses de julio y agosto son los más lluviosos, con numerosos días nublados.
El otoño presenta una reducción en las precipitaciones y vientos fríos, mientras que en invierno las temperaturas bajan a promedios de 5 grados, con ocasionales heladas. Históricamente, la temperatura máxima registrada fue de 38.7 grados en 1994, y la mínima de -7.0 grados en 1997, evento que provocó la segunda caída de nieve en la ciudad desde 1881.
El aumento en eventos hidrometeorológicos y la falta de preparación significativa generan costos considerables. Entre 2012 y 2024, las aseguradoras mexicanas pagaron en promedio más de 7,500 millones de pesos anuales por siniestros relacionados con tormentas e inundaciones, cifras que evidencian una vulnerabilidad creciente, especialmente durante la temporada de huracanes, que se extiende hasta el 30 de noviembre.
Para 2025, las proyecciones indican una actividad ciclónica elevada, con la posible formación de entre 8 y 9 tormentas tropicales, 4 o 5 huracanes categoría 1 o 2 y hasta 6 huracanes intensos de categoría 3 o superiores. En este contexto, expertos como Eduardo Gutiérrez, Socio Director en Eikos, recomiendan reforzar tres pilares fundamentales: seguros adecuados, protocolos internos sólidos y alianzas estratégicas predefinidas.
Gutiérrez advierte que contar con una póliza no es suficiente. La cobertura integral debe incluir protección contra huracanes, tormentas, granizo, deslaves e inundaciones, así como respaldo en casos de interrupciones de actividades, daños en bienes en tránsito, gastos por reubicación temporal, remoción de escombros y atención preferencial en siniestros. También aconseja revisar y actualizar periódicamente los valores asegurados y las ubicaciones de los activos.
Además, un Plan de Respuesta ante Tormentas (ERP) efectivo debe tener cinco etapas clave: planeación anual, preparación previa, respuesta en el evento, recuperación con simulacros y actualización continua de procedimientos. Más allá del seguro, es esencial que las empresas cuenten con protocolos internos que faciliten la comunicación segura, la asignación de responsables y la documentación de daños para facilitar gestiones con aseguradoras y minimizar impactos en la continuidad del negocio.