Después de más de tres horas de negociación con autoridades federales, la CNTE finalizó la mesa de diálogo rechazando las propuestas del gobierno, calificándolas de 'demagógicas e insuficientes' y sin atender sus demandas centrales. El magisterio disidente, representado por el profesor Pedro Hernández y líderes de 34 secciones, expresó que, aunque no rompieron formalmente el diálogo, la Asamblea Nacional determinará los próximos pasos, ya que consideran el documento del gobierno inviable. Entre las razones de su rechazo, la CNTE citó la necesidad de abrogar la Ley del ISSSTE de 2007, eliminar la reforma educativa peñista, incrementar salarios un 100%, obtener una reunión inmediata con la presidenta y detener la represión contra el magisterio movilizado. Acusaron a los gobiernos de la Cuarta Transformación de favorecer a grandes capitales bajo un discurso progresista, y señalaron que la movilización se debe a la 'sordera gubernamental' y una campaña de estigmatización en medios oficialistas. La Secretaría de Gobernación y la SEP llamaron a mantener un diálogo pacífico y constructivo, condenando la violencia ocurrida en Bucareli, y reiteraron su respeto al derecho de manifestación.
