¿Sabías que en la Sierra de Guadalupe, una de las zonas naturales más importantes del Estado de México, se han detectado al menos 300 construcciones ilegales? ¡Sí, 300! Estas edificaciones están distribuidas en los municipios de Ecatepec, Coacalco, Tlalnepantla y Tultitlán, y representan una amenaza seria para la flora y fauna local.
La problemática se agrava debido a la complicidad de autoridades locales y núcleos ejidales que fraccionaron terrenos originalmente destinados a la preservación ecológica. Como lo reconoció Faustino de la Cruz, secretario del Ayuntamiento de Ecatepec, la anterior administración permitió que fraccionadores clandestinos vendieran tierras ejidales sin restricciones.
¿El problema? Muchas de estas tierras están fuera del área urbana permitida en el plan de desarrollo, pero la venta ilegal de espacios para viviendas continúa en puntos de difícil acceso, lo que complica la protección del área.
Una de las acciones más recientes ocurrió en septiembre, cuando en el paraje 'El Mirador' se clausuraron siete construcciones ilegales en zonas que claramente estaban en reserva ecológica. Autoridades estatales actuaron rápidamente, suspendiendo esas obras y asegurando que no se siga deteriorando el parque nacional.
A pesar de que la Fiscalía del Estado de México ha intervenido en algunos puntos para frenar la invasión, las afectaciones ya alcanzan aproximadamente cinco hectáreas del Parque Estatal Sierra de Guadalupe. Algunas construcciones llevan hasta 20 años en pie, pero las autoridades están trabajando para impedir que sigan vendiendo tierras y notificando a quienes deben abandonar sus viviendas.
¿Hasta cuándo se podrá contener esta agresión a nuestro patrimonio natural? La lucha continúa, pero la pregunta que todos debemos hacernos es: ¿qué más podemos hacer para proteger esta área vital antes de que sea irreparable?
