La llegada del otoño trae consigo un aumento de humedad, lluvias y la proliferación de seres vivos en espacios exteriores. Uno de ellos, especialmente molesto en los jardines, es el musgo, que suele crecer en zonas frescas y sombreadas, ya sea en bosques, sobre rocas o en troncos de árboles. Sin embargo, su presencia en el césped representa un problema, ya que puede volverse resbaladizo y dañar la apariencia del jardín.
Erradicar el musgo en el césped puede ser una tarea sencilla si se aborda correctamente el mantenimiento del suelo. Uno de los secretos es fortalecer el sustrato mediante la nutrición con hierro, que ayuda a reducir el pH del suelo, desecar las áreas encharcadas y al mismo tiempo nutre las plantas como micronutriente.
Existen varias opciones para aplicar hierro en el jardín. Las soluciones comerciales incluyen sulfato de hierro en diferentes presentaciones (polvo, granulado o disuelto en agua), recomendadas para aplicar mensualmente. También están los quelatos de hierro y fertilizantes líquidos con micronutrientes, que actúan rápidamente pero tienen menor durabilidad.
Para quienes prefieren métodos caseros o manuales, una opción es retirar manualmente el musgo con un rastrillo. Además, se puede preparar una solución casera de hierro mediante el óxido. Esto consiste en dejar en agua objetos metálicos como tornillos hasta que se oxiden, creando un líquido rico en hierro que puede esparcirse en el césped.
Asimismo, las medidas preventivas son clave para mantener el jardín en buenas condiciones. Es importante regular el drenaje para evitar encharcamientos y reducir las áreas de sombra excesiva, ya que estas zonas retienen más humedad y favorecen el crecimiento del musgo. Con un buen mantenimiento y el uso adecuado de hierro, es posible mantener el césped limpio y seguro para disfrutar de un espacio exterior saludable.
