El auge de las bebidas tradicionales durante el Día de Muertos en México ha impulsado propuestas que van más allá de lo gastronómico y se profundizan en las expresiones culturales. Entre ellas, el pulque de cempasúchil destaca como una creación reciente y simbólica, que combina la herencia prehispánica del pulque con el color y aroma característicos de la flor de los muertos.
El pulque, bebida fermentada proveniente del aguamiel extraído del maguey, tiene raíces profundas en la historia mexicana. En la época mexica, se le consideraba una sustancia sagrada, reservada para ceremonias religiosas y para ciertos sectores privilegiados de la sociedad.
Con el paso del tiempo, el pulque ha vivido un resurgimiento en varias regiones del país, especialmente en formas como los curados, que incorporan frutas, semillas, flores u otros ingredientes naturales para ofrecer nuevas experiencias de sabor. La variante curada con cempasúchil no solo introduce un perfil gustativo innovador, sino que también encarna una propuesta cultural vinculada a las tradiciones del Día de Muertos.
La flor de cempasúchil, de intenso color naranja, es un elemento esencial en las ofrendas dedicadas a los difuntos. Se le atribuye simbolismo solar y se cree que su aroma tiene la capacidad de guiar a las almas en su regreso anual al mundo de los vivos.
Aunque en algunas pulquerías se puede disfrutar durante octubre y noviembre, también es posible preparar en casa esta variante. Los ingredientes principales son: [lista de ingredientes] y la preparación es sencilla. Es importante consumirlo el mismo día de su elaboración, ya que el pulque tiende a cambiar de sabor con el tiempo.
Consumir o preparar pulque de cempasúchil trasciende la degustación; se convierte en un acto de homenaje a los seres queridos, una celebración de la vida y una forma de fortalecer las raíces indígenas de México. Su aroma floral y su sabor, que combina un amargor sutil con notas dulces, hacen de esta bebida una opción singular para compartir en las festividades. Cada sorbo remite a la tierra, la memoria y el respeto por quienes han partido, consolidando su lugar como una de las bebidas más representativas de la temporada.