La cumbre de la OTAN en La Haya, que inicia hoy, tendrá como eje central las diferencias en las políticas de gasto militar entre sus países miembros. Aunque la meta establecida es que cada nación invierta el cinco por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) en Defensa para 2035, actualmente existe una disparidad notable que radica en la proximidad o lejanía respecto a Rusia.
Este objetivo fue propuesto por el presidente de EE. UU., Donald Trump, antes de regresar a la Casa Blanca en enero, como condición para mantener la protección de la alianza ante la amenaza de la invasión rusa a Ucrania. La presión de Trump ha acelerado una tendencia que ya se observaba desde hace diez años, en la que, según un sondeo del centro de reflexión ECFR en 12 países, existe un amplio consenso respecto a incrementar el gasto en Defensa.
En 2024, los países europeos y Canadá aumentaron su gasto militar en un 19 por ciento, según datos de la Alianza Atlántica. Sin embargo, Estados Unidos sigue siendo el mayor contribuyente, con un 62 por ciento del gasto total en Defensa, que alcanzó 1.3 billones de dólares en ese año.
El plan para alcanzar el cinco por ciento del PIB representa un salto grande respecto a la meta previa del dos por ciento, objetivo que 22 de los 32 aliados superaron en 2022, comparado con solo tres hace una década. La inversión per cápita varía: España destinó el 1.24 por ciento de su PIB a Defensa en 2024, y su presidente, Pedro Sánchez, ha insistido en alcanzar el 2.1 por ciento, sin mayor margen.
Una de las principales incógnitas de la cumbre es si los países aceptarán flexibilizar el cumplimiento de este objetivo. La víspera, Trump criticó duramente a España, sugiriendo que su compromiso podría poner en riesgo la unidad de la alianza. No obstante, el primer ministro español, Pedro Sánchez, compartió una carta de Mark Rutte, en la que el presidente de los Países Bajos asegura que la cumbre reconocerá cierta flexibilidad para España en sus metas de gasto.
En términos de inversión, Polonia lidera con un 4.7 por ciento del PIB en 2024, con la meta de llegar al cinco por ciento en 2026, después de modernizar su ejército con compras de armas a EE. UU. y Corea del Sur. Las repúblicas bálticas —Estonia, Letonia y Lituania— también tienen altos niveles de inversión, superiores al tres por ciento, dada su cercanía y preocupación por Rusia.
Por debajo del umbral se encuentran países como Bélgica (1.29%), Canadá (1.45%) e Italia (1.5%). Mientras tanto, Reino Unido, Francia y Alemania invierten en torno o más del dos por ciento del PIB, cumpliendo hasta ahora con las expectativas del acuerdo.
En las vísperas de la cumbre, Londres anunció su compromiso de invertir el cinco por ciento del PIB en Defensa para 2035, y Berlín prometió alcanzar el 3.5 por ciento en 2029. Además, un sondeo del ECFR revela que aproximadamente la mitad de la población en estos países apoya incrementar el gasto en Defensa, y un 59 por ciento se muestra dispuesto a seguir apoyando militarmente a Ucrania, incluso si EE. UU. retira su respaldo.