Pocos alojamientos permiten a los viajeros dormir rodeados de siglos de historia y en medio de algunos de los paisajes más emblemáticos de España. La red de Paradores, distribuidos por toda la geografía nacional, va más allá de ser simples hoteles: son espacios que unen patrimonio, excelencia y hospitalidad para ofrecer experiencias memorables. Encabezados en castillos, palacios, conventos y casas tradicionales, cada parador representa un recorrido por la cultura española, transformando el descanso en un encuentro con el pasado y las tradiciones.
Actualmente, la red de Paradores cuenta con 98 establecimientos, de los cuales 97 se ubican en España y uno en Portugal, muchos en construcciones de gran valor histórico y cultural que actúan como guardianes vivos de la memoria arquitectónica del país. Los viajeros pueden alojarse en fortalezas medievales como el impresionante Parador de Sigüenza o en monasterios y conventos históricos, como el Parador de Cuenca.
No obstante, no todos los paradores están en edificios monumentales: algunos, como el Parador de Manzanares, reflejan la esencia rural y tradición constructiva de sus regiones, en casas típicas castellanas. Esta variedad hace que los Paradores sean una opción incomparable para quienes desean explorar la diversidad y riqueza de España, disfrutando siempre de confort y un trato de calidad.
En Castilla-La Mancha, la comunidad alberga ocho paradores con personalidad única y un importante valor patrimonial. Destaca, en particular, el Parador de Manzanares, en Ciudad Real, reconocido como uno de los más económicos en fechas como la Navidad. Este edificio data de 1931, cuando nació como uno de los primeros albergues de carretera del Circuito Nacional de Firmes.
Reformado y modernizado, el Parador mantiene el encanto de la arquitectura manchega y es un punto estratégico entre el Parque Natural de Cabañeros, las Lagunas de Ruidera y las Tablas de Daimiel. Además, su proximidad al histórico pueblo de Almagro, famoso por su único en Europa Corral de Comedias, ofrece a los visitantes una experiencia cultural única, con un teatro perfectamente conservado en actividad desde el siglo XVII.
El Parador de Manzanares no es solo un alojamiento funcional; es una oportunidad para experimentar una auténtica casa rural manchega. Sus balcones y fachadas de madera conservan su carácter tradicional, mientras que sus interiores combinan respeto por el diseño clásico y comodidades modernas. Entre sus servicios destacan el parking gratuito, piscina de temporada, servicio de habitaciones y alojamientos con mascotas, para una estancia sin restricciones.
Su oferta gastronómica también es un gran atractivo: el restaurante se basa en la despensa local y la cocina cervantina, reinterpretando platos tradicionales en espacios como el luminoso comedor Azafrán, con vistas a jardines, y el Albergue, con porches de madera y balcones que evocan la vida rural de La Mancha.
Desde Ciudad Real, el viaje en coche dura aproximadamente 40 minutos por la carretera A-43, mientras que desde Jaén se estima en 1 hora y 30 minutos por la vía A-4.