Desde la firma del acuerdo de paz entre las Farc-EP y el Estado colombiano, se han registrado diversas críticas hacia el proceso, en particular por la percepción de falta de justicia y verdad sobre los hechos violentos perpetrados por la guerrilla. Grupos de víctimas del conflicto han cuestionado también la celebración de eventos que rinden homenaje a excomandantes de las Farc, especialmente a aquellos que fueron dados de baja en el conflicto.
El 4 de noviembre, Rodrigo Londoño, conocido como “Timochenko” y quien fuera el último comandante de las Farc-EP antes de la firma del acuerdo, se volvió tendencia en redes sociales tras publicar un homenaje en su cuenta de X para recordar a Alfonso Cano.
En su publicación, Londoño compartió una fotografía del exlíder guerrillero, quien murió en 2011 en una operación militar, acompañada de un mensaje donde expresaba: “Honro la memoria de Alfonso Cano, valiente luchador que inspiró a miles por la causa de la paz con justicia social para Colombia. Su ejemplo hoy nos guía en la brega por cesar definitivamente la violencia sin abandonar nuestras más profundas convicciones: patria libre y digna”.
La reacción por parte del público no fue favorable. En lugar de apoyo, “Timochenko” recibió duras críticas por hacer un homenaje a Cano, a quien muchos consideran responsable de acciones violentas y ataques contra civiles. Comentarios como “Su apología al terrorismo, al honrar la memoria de otro terrorista como Alfonso Cano, indica su cinismo y falta de respeto a las víctimas” o “Inspiró la paz asesinando y violando a colombianos, ¿cómo puede hablar de homenajes?” fueron recurrentes en las redes.
Alfonso Cano, cuyo nombre real era Guillermo León Sáenz Vargas, fue uno de los principales líderes de las Farc-EP. Nacido en Bogotá en 1948, estudió antropología en la Universidad Nacional y se unió a la guerrilla en los años 70. Como ideólogo, contribuyó a consolidar la línea marxista-leninista del grupo, participando en la formulación de estrategias políticas y doctrinales. Tras la muerte en 2008 del entonces máximo líder, Manuel Marulanda Vélez, Cano asumió la jefatura de las Farc, endureciendo su postura en las negociaciones con el gobierno y fortaleciendo las acciones armadas.
Su muerte ocurrió en 2011 en una operación militar en Suárez, Cauca, tras la cual Rodrigo Londoño tomó su lugar al frente de la guerrilla. Londoño lideró las Farc-EP hasta la firma del acuerdo de paz en 2016, que buscó poner fin a décadas de conflicto armado en Colombia.