La Corte Suprema de Justicia de Brasil dictaminó este lunes la prisión domiciliaria del expresidente Jair Bolsonaro debido a su incumplimiento de restricciones cautelares impuestas previamente, en el contexto de su proceso judicial por golpismo. El magistrado Alexandre de Moraes, encargado del caso, estableció el régimen de arresto en su residencia, además de prohibirle recibir visitas, salvo de familiares cercanos y abogados.
Asimismo, ordenó un registro en la residencia de Bolsonaro por parte de la Policía Federal para la incautación de teléfonos móviles y otros dispositivos con acceso a redes sociales. La Policía Federal confirmó que ejecutó esta orden en la tarde de este lunes, también decomisando sus aparatos celulares.
De Moraes argumentó que Bolsonaro violó las medidas cautelares del mes pasado, que incluían la prohibición de enviar mensajes en redes sociales mediante sus cuentas o las de terceros, además del uso de una tobillera electrónica y la obligación de permanecer en su domicilio durante noches y fines de semana.
El magistrado destacó mensajes publicados el domingo en las redes de aliados de Bolsonaro, incluyendo sus tres hijos parlamentarios, en los que se promovían ataques al Supremo y se apoyaba una posible intervención extranjera en el Poder Judicial brasileño. Estos mensajes fueron evidenciados en las marchas del domingo en varias ciudades, convocadas por bolsonaristas, quienes demandaron una amnistía para los implicados en el golpismo y respaldaron sanciones internacionales contra expresidentes como Donald Trump.
El gobierno estadounidense, además de imponer un arancel del 50% a productos brasileños y condicionar la eliminación de procesos contra Bolsonaro, retiró visas a ocho de los once ministros del Supremo y bloqueó bienes de Alexandre de Moraes, entre otras medidas.
El juez De Moraes afirmó que existió un incumplimiento claro de las restricciones legales por parte de Bolsonaro y que, ante la reiteración de conductas delictivas, se hacía necesaria una respuesta más severa. La orden de arresto domiciliario responde a las acusaciones de que Bolsonaro conspiró para impedir la investidura de Luiz Inácio Lula da Silva, elección que Bolsonaro perdió en 2022.
Según la Fiscalía, Bolsonaro, además de planear acciones para anular las elecciones y amenazas a Lula, incentivó el asalto a las instituciones del Estado ocurrido el 8 de enero de 2023, movilizando a miles de seguidores en un intento de impedir la transferencia pacífica del poder.
