
En el Estado de México, las precipitaciones intensas no solo provocaron pérdidas de cosecha, sino que también revelaron una disminución significativa en la superficie sembrada de maíz, reflejando un fracaso en las políticas públicas dirigidas al campo y una crisis para los productores locales. Vicente Álvarez Delgado, presidente del Sistema Producto Maíz, aseguró que en los últimos dos años la producción ha caído más del 50%.
En una entrevista, Álvarez Delgado reconoció que si bien hay apoyo para quienes poseen la tarjeta morada, esto no se traduce en una producción efectiva. A pesar de las lluvias recientes, afirmó que la sequía prolongada previa afectó las siembras. "Al no sembrar, la producción simplemente no aparecerá. La situación es aún más alarmante si consideramos que hay un déficit en la superficie sembrada y, en las parcelas que se sembraron, las inundaciones ocasionaron daños mínimos", explicó.
El productor resaltó que las lluvias de abril, aunque excesivas en algunos casos, también benefician al campo. Sin embargo, lamentó la falta de políticas públicas eficaces, especialmente en créditos y apoyosDirectos, que agrava la crisis. "La superficie sembrada ha disminuido considerablemente, y las afectaciones por las lluvias excesivas dañaron muchas áreas. En 2022, la producción total apenas alcanzó 600 mil toneladas en todo el estado", indicó.
Actualmente, el sector se encuentra a la mitad del ciclo de producción, sin certezas sobre lo que ocurrirá en los próximos meses. Álvarez Delgado expresó su preocupación por la desatención de las autoridades ante el problema del maíz, señalando la caída nacional en la producción, que pasó de 6 millones a menos de 2 millones de toneladas.
Finalmente, criticó la creciente importación de maíz transgénico —más de 30 toneladas provenientes de países como Estados Unidos, Sudáfrica, Argentina y Brasil—, cuando en años anteriores se consumía mayormente producto nacional, lo que considera una pérdida para el campo mexicano.