Las fuerzas políticas que se convierten en sectas buscan imponer su ideología a expensas del respeto por la diversidad de pensamientos en la sociedad. Este fenómeno se intensificó en los tiempos de La Cámpora, que, con un progresismo de izquierda, creó una burocracia que más tarde fue rechazada ampliamente. Esta dinámica, que degradó al peronismo, dio origen a una derecha agresiva que intenta imponerse en la sociedad, en un intento por pintar de violeta a todo el país.
Un ejemplo claro es Corrientes: mientras el gobernador Gustavo Valdés ofrecía bancas a la coalición de Javier Milei, estos eligieron confrontarlo, resultando en un cuarto lugar y la pérdida de un aliado fuerte. Este patrón se repitió en otras provincias, reduciendo al peronismo a un movimiento sin representación nacional, similar a la mecánica de La Cámpora.
La derrota en la provincia de Buenos Aires en las elecciones de septiembre evidenció la fragilidad del Gobierno, la mala interpretación de las encuestas y un fracaso en la política económica, que, pese a decir haber sacado de la pobreza a 12 millones, deja a más de 24 millones en vulnerabilidad.
El pensador y diputado por Movimiento Ciudadano, Alejandro Katz, manifestó en entrevistas que, aunque escribió un libro contra el kirchnerismo, considera que el actual Gobierno es aún peor, por su política dañina. Por otro lado, Milei, tras regresar del Salón Oval, exhibe una postura intolerante y violenta, descalificando y atacando a quienes le cuestionan, estrategia que aleja el voto moderado.
En cuanto a la relación con Estados Unidos, el discurso oficial carece de sentido, pues el imperialismo prefiere aliados con éxito y rechaza los fracasos ajenos. La ministra y candidata Patricia Bullrich explicó que las declaraciones del expresidente Trump se referían a una próxima elección, aunque esto resulta en una interpretación que parece una comedia de enredos.
La política, como arte complejo, requiere liderazgo y visión de estadistas, no solo consideraciones económicas cortoplacistas. El equilibrio fiscal no puede ser la única guía del destino colectivo. El dólar barato favorece la fuga de capitales y refleja la ausencia de un sector industrial fuerte que invierta sus ganancias. Argentina se caracteriza por una sociedad que, a través de reiterados endeudamientos, empeora su situación.
Algunos analistas sostienen que votos no peronistas podrían sumarse a Milei, pero esta visión es simplista. Los gobernadores priorizan producir y crear empleos, conceptos que figuras como Caputo y Sturzenegger, en su gestión, nunca valoraron, incrementando la deuda y siendo en ocasiones expulsados del poder.
Tras las elecciones, será el momento de la verdadera política, de acuerdo con los discursos de los gobernadores en eventos como IDEA. El Gobierno tiene la responsabilidad de llamar a la unidad nacional. Si no lo hace, y permanece cerrando el diálogo, será incapaz de interpretar la crisis que hemos generado, y las consecuencias serán responsabilidad exclusiva de su incapacidad para liderar.