
El consumo adecuado de agua es fundamental para la salud en general, especialmente para mantener el sistema cardiovascular en óptimas condiciones. Diversos estudios médicos demuestran que una buena hidratación ayuda a mantener limpias las arterias, mejorar la circulación sanguínea y reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.
El agua constituye aproximadamente entre el 60% y el 70% del peso corporal y cumple funciones vitales, como regular la temperatura, transportar nutrientes y eliminar desechos. Un beneficio menos conocido es su influencia positiva en la salud arterial.
Beber suficiente agua diariamente favorece la fluidez de la sangre, lo que disminuye la probabilidad de acumulación de placa en las arterias, ayudando a prevenir aterosclerosis. La cantidad recomendada varía según factores como edad, sexo, nivel de actividad física, clima y estado de salud. Sin embargo, en general, se sugiere que los adultos consuman alrededor de 2.7 litros de líquidos al día, incluyendo lo obtenido de alimentos y otras bebidas.
Una señal clave de una buena hidratación es que la orina tenga un color amarillo claro. Además, el agua contribuye a mantener la sangre menos viscosa, facilitando su circulación y evitando el daño en las paredes arteriales que puede favorecer la formación de placas. Una hidratación adecuada es esencial para mantener una presión arterial saludable y evitar la sobrecarga en el corazón.
También, una buena hidratación ayuda a que los riñones funcionen correctamente, filtrando toxinas y reduciendo sustancias dañinas en la sangre que pueden afectar negativamente al sistema cardiovascular.
Especialistas de la UNAM recomiendan beber agua a lo largo del día, incluso si no se tiene sed, y prestar atención a síntomas de deshidratación como fatiga, orina oscura, boca seca o dolor de cabeza. Es importante evitar bebidas azucaradas o con cafeína, ya que pueden deshidratar y causar otros efectos adversos.
Aunque el agua no elimina las placas ya existentes en las arterias, sí es crucial en su prevención. Para mantener arterias saludables y el corazón fuerte, se debe complementar la hidratación con una dieta equilibrada, baja en grasas saturadas y sodio, rica en frutas, verduras y fibra, además de practicar ejercicio regularmente.
En conclusión, mantener una correcta ingesta de agua no solo mejora la salud general, sino que también es una medida sencilla, natural y efectiva para prevenir enfermedades cardiovasculares y cuidar las arterias a largo plazo.