El presidente ruso, Vladimir Putin, y el mandatario estadounidense, Donald Trump, mantendrán una reunión «cara a cara» este viernes en Alaska, con el objetivo principal de dialogar sobre cómo resolver el conflicto en Ucrania, según informó el Kremlin. La cumbre, que se celebrará en la base aérea de Elmendorf en Anchorage, se realiza sin la participación del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, quien días antes se reunió en Londres con el primer ministro británico, Keir Starmer.
Este encuentro entre Putin y Trump es considerado una oportunidad decisiva para buscar una solución al conflicto bélico en Europa, el peor desde la Segunda Guerra Mundial, aunque ningún representante europeo ha sido invitado. La reunión inicial será entre ambos mandatarios en presencia de intérpretes, continuando con negociaciones en formato bilateral durante un almuerzo con la participación de expertos.
Según Yuri Ushakov, consejero diplomático de Putin, el orden del día se centrará en la crisis ucraniana, tratando temas de paz, seguridad, asuntos internacionales y cooperación bilateral. Las conversaciones comenzarán a las 13:30 horas de México y concluirán con una conferencia de prensa conjunta.
Mientras tanto, Zelenski y sus aliados europeos están cada vez más preocupados por posibles decisiones que puedan perjudicar a Ucrania durante la cumbre, aumentando la presión diplomática. Zelenski, quien fue recibido en Berlín por el canciller alemán Friedrich Merz, ha expresado su esperanza en que el tema central de la reunión sea un alto al fuego inmediato, aunque las expectativas son cautelosas.
El presidente finlandés, Alexander Stubb, afirmó que no se prevé discutir territorios durante el encuentro en Anchorage y que Trump no busca llegar a acuerdos en esta cumbre. Trump, por su parte, busca «tantear el terreno» en Alaska, con la intención de eventualmente facilitar una reunión a tres bandas con Zelenski y Putin para poner fin al conflicto iniciado en febrero de 2022.
En caso de que la reunión sea exitosa, Trump anticipa que podría concretarse una cumbre tripartita. Si no, advirtió que no aceptará una segunda reunión. Además, afirmó que Rusia enfrentaría «consecuencias muy graves» si no cesan los combates, aunque no especificó cuáles serían.
Por su parte, Putin elogió los esfuerzos para resolver la crisis, mientras que en el frente de guerra, las fuerzas ucranianas enfrentan un avance rápido del ejército ruso en Donetsk, con la captura de nuevos territorios. Ataques con drones en Rusia y operaciones militares en la región reflejan la grave tensión en la zona.
Las posturas entre Moscú y Kiev son irreconciliables: Rusia exige que Ucrania ceda cuatro regiones parcialmente controladas y Crimea, anexada en 2014, además de abandonar el suministro de armas occidentales y la pertenencia a la OTAN. Kiev rechaza estas condiciones, y en las últimas rondas de diálogo solo lograron acordar un intercambio de prisioneros, en el que ambas partes liberaron a 84 combatientes.