El Edificio Central de Rectoría de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), ocupado desde finales de abril por el colectivo Enjambre Estudiantil Unificado, presenta graves daños estructurales y estéticos que amenazan su integridad y la conservación del patrimonio cultural y documental de la institución.
Expertos en patrimonio realizaron una inspección visual este lunes, durante la cual las autoridades universitarias y representantes de distintas áreas documentaron afectaciones visibles en muros, ventanales y torres del histórico inmueble.
Entre las principales afectaciones se encuentran vidrios rotos, humedad, filtraciones, vegetación en áreas superiores, deterioro en instalaciones eléctricas y pluviales, además de un riesgo latente para los archivos y colecciones que resguarda. La acumulación de humedad y las filtraciones, provocadas por recientes lluvias y desagües obstruidos en la azotea, han debilitado secciones de los muros de adobe.
La universidad informó que también se han detectado estallamientos estructurales, ingreso de fauna al interior del edificio y daños en equipos de conservación, lo cual incrementa el riesgo de pérdida o daño irreversible del patrimonio histórico.
En respuesta, la UAEMéx inició una primera etapa de intervención, que incluye trabajos de mantenimiento preventivo y correctivo, además de acciones para proteger los archivos y colecciones históricas. Se integrarán dictámenes técnicos y actas que respaldarán las decisiones legales y administrativas, así como medidas de conservación basadas en la documentación levantada durante la inspección.
La institución reafirmó su compromiso de convertir Rectoría en un espacio cultural incluyente, que no solo preserve bienes históricos, sino que también albergue proyectos que reflejen la realidad de la comunidad universitaria.
Desde que los estudiantes tomaron el edificio en abril, el colectivo exige la democratización de los procesos internos, la no criminalización de la protesta y la reforma del estatuto universitario. Además, solicitaron que el inmueble sea oficializada como Casa del Estudiante y convertido en un punto de encuentro cultural y museo dedicado a la lucha estudiantil.
La ocupación ha generado tensión constante entre estudiantes y autoridades. Mientras los jóvenes reclaman mayor participación en los proyectos sobre Rectoría, especialistas advierten que la atención inmediata a los daños estructurales es crucial para garantizar la seguridad del edificio y la conservación de su patrimonio.