De actos de empatía a denuncias de fraude: historias que movilizan a las redes sociales en Colombia

Por: Equipo de Redacción | 18/10/2025 11:30

De actos de empatía a denuncias de fraude: historias que movilizan a las redes sociales en Colombia

La difusión de escenas cotidianas cargadas de emociones en redes sociales se ha convertido en una práctica frecuente, permitiendo visibilizar tanto gestos solidarios como problemáticas sociales. En Barranquilla, un video se volvió viral al mostrar a Jhon Acosta, conductor de un bus de la empresa Alianza Sodis, deteniéndose para ayudar a un pasajero con movilidad reducida a cruzar la avenida Cordialidad, en uno de los corredores viales más transitados de la ciudad. La escena, grabada por un conductor particular y difundida en plataformas como WhatsApp, Instagram y Facebook, muestra cómo Acosta descendió de su vehículo, cargó en brazos al hombre de la tercera edad y lo acompañó con cuidado en medio del tráfico vehicular. Este acto de empatía generó miles de mensajes que destacan el valor de la solidaridad y el respeto, como el comentario: “Ser bueno es gratis, pero de gran valor para una sociedad que le cuesta ser genuinamente de buen corazón.” La rápida viralización de la grabación refleja cómo las redes sociales enfatizan en historias cotidianas que resaltan valores humanos básicos, en contraste con noticias negativas o conflictos frecuentes en estos canales. Este gesto, que Acosta continuó con normalidad tras cruzar al adulto mayor, fue exaltado por pasajeros y ciudadanos, quienes consideran que acciones como esa merecen reconocimiento. Sin embargo, también se evidencian las dificultades que enfrentan los peatones en zonas congestionadas, donde cruzar puede implicar riesgos y la indiferencia de los conductores, que no siempre se detienen para facilitar el paso. Mientras tanto, en Piedecuesta, Santander, una historia distinta generó conmoción. Se viralizó un video en el que ‘Doña Juliana’, conocida por visitar a adultos mayores para llevarles la comunión en nombre de la iglesia católica, es amarrada a una situación de fraude después de que se le observa tomando dinero que no le pertenecía. Las imágenes muestran cómo, aparentemente, aprovechaba su labor religiosa para incursionar en hogares vulnerables y sustraer dinero de monederos, acto descubierto por la familia de una víctima tras instalar una cámara de vigilancia. La denuncia fue acompañada por una declaración de la propia ‘Doña Juliana’, quien en un mensaje grabado afirmó: “No quiero que me tilden de ladrona. El Espíritu Santo me usó para cobrar el diezmo a doña Teresa”, discurriendo sobre un supuesto acto espiritual. La noticia, que rápidamente circuló en redes sociales, refleja la fragilidad de la confianza depositada en figuras religiosas y sociales y demuestra cómo las historias pueden movilizar tanto apoyo como indignación en las comunidades. Estas dos historias ejemplifican cómo las redes sociales sirven de escenario para compartir actos de bondad y, al mismo tiempo, para denunciar hechos que afectan la confianza pública, evidenciando las complejidades de las relaciones sociales y humanas en Colombia.