Brasil, Perú, Guatemala, Estados Unidos, Francia, España, Hungría, Japón y Australia son algunos de los países a los que la familia Morán Alcántara ha llevado su amplia variedad de 40 colores en papel picado, decorando restaurantes, exposiciones artísticas y altares para honrar a quienes han trascendido, en prácticamente todo México.
El negocio surgió en 2008 en Capultitlán, Toluca, Estado de México, gracias a Don Gabriel Morán Córdova. Su crecimiento empezó casi siete años después, cuando promocionó por primera vez sus productos en Facebook.
Aunque Don Gabriel nunca imaginó que su talento para crear decoraciones con papel tendría tal impacto, 17 años después, su legado ha cruzado océanos y fronteras.
‘Mi papá falleció hace cuatro años y no sabíamos si continuar con el negocio. Cuatro meses después recibimos nuestro primer pedido grande y decidimos seguir; fue difícil por la parte sentimental, pero gracias a esto podemos mantener vivo su recuerdo y preservar su legado’, comentó Berenice Judith Morán Alcántara.
El proceso de elaboración del papel picado es manual y requiere precisión: crear una pieza toma entre 30 y 40 minutos, produciendo aproximadamente 50 de papel china y 25 de plástico por cada ciclo. El armado de las guías lleva al menos una hora.
‘El papel picado pequeño es el más laborioso por su nivel de detalle. Los tamaños grandes permiten diseños más elaborados o adornos mayores’, explicó Berenice.
Aunque el trabajo artesanal es muy valorado, algunos clientes optan por productos más económicos o con tecnología láser, que, si bien ofrecen mayor volumen y menor costo, no igualan en calidad ni en gama de colores. ‘Nosotros manejamos 40 colores para papel china y casi 20 para plástico, incluyendo tonos neón, dorados y plateados. Es más caro, pero la demanda así lo refleja’, destacó.
Los diseños más solicitados incluyen logotipos, nombres de negocios, escudos de clubes de fútbol, catrinas, cráneos, esqueletos, retratos y animales como perros, gatos y periquitos.
La temporada fuerte es octubre y noviembre por el Día de Muertos, aunque trabajan todo el año. En enero reciben pedidos para el Día de Reyes y el 2 de febrero, además de piezas para San Valentín, el 10 de mayo y Fiestas Patrias.
Para piezas personalizadas, los pedidos se aceptan entre junio y julio, ya que a mediados de octubre cierra la temporada por la alta demanda. También elaboran decoraciones para festividades religiosas como San Francisco de Asís, San Judas Tadeo y la Virgen de Guadalupe.
Para Los Morán, el legado de Don Gabriel seguirá vivo gracias a la preferencia de sus clientes y al valor de su artesanía mexicana.