Lo que alguna vez fue un punto de encuentro para familias, ciclistas y excursionistas, hoy se encuentra cubierto por montones de grava, arena y maquinaria pesada. El Mapa, área natural ubicada sobre la carretera Toluca–Ciudad Altamirano, unos metros después de la desviación al Nevado de Toluca, ha sido convertido en centro de acopio para los trabajos de rehabilitación y ampliación de la vía.
En una visita de El Sol de Toluca, se pudo constatar cómo camiones de carga tipo tortón llegan continuamente para descargar materiales, formando montones que invaden el pasto. La zona, antes reconocida por su vegetación y senderos, ahora presenta un panorama dominado por piedra, arena y la maquinaria que realiza excavaciones, remoción del asfalto y compactación de la nueva carpeta asfáltica. Dicha maquinaria permanece estacionada en lo que antes era un espacio abierto y verde al público.
Actualmente, los trabajos de rehabilitación concentran sus esfuerzos en el tramo que conecta El Mapa con la comunidad de Buenavista. En esa zona, solo un carril está habilitado, lo que, junto con el tránsito constante de vehículos pesados que transportan materiales, dificulta la circulación de automovilistas.
El Mapa, que forma parte de las áreas naturales del Nevado de Toluca, era un reconocido atractivo turístico que angeboten pasillos, caminatas entre árboles y rutas para ciclismo de montaña. El sitio recibe su nombre por una gran piedra pintada con un mapa de la zona sur del Estado de México, en el que se distinguen municipios, actividades ganaderas y agrícolas, además de símbolos típicos de la región.
Durante temporadas vacacionales, familias enteras acudían a extender sus mantas en el césped, encender parrillas y explorar los senderos. También era un punto de descanso para automovilistas en tránsito y un reto para ciclistas que disfrutaban de las pendientes para entrenar.
No obstante, los residentes cercanos admiten que la afluencia ha disminuido en los últimos años y que ahora son pocas las familias que visitan el lugar. Un vecino comentó: “Venían aquí, ponían sus mantas y hacían picnic, pero ahora casi no hay gente”.
La transformación de El Mapa en un almacén para las obras viales podría complicar aún más el acceso a futuros visitantes. Todo indica que, al menos hasta que concluyan los trabajos en la carretera y los materiales sean retirados, este espacio seguirá funcionando como un campamento de maquinaria, lejos de su vocación natural y turística.