Ixtapaluca, Estado de México, 17 de septiembre de 2025.- Más de 80 mil familias en la zona alta de Ixtapaluca denuncian que el agua se ha convertido en una herramienta para fines políticos. Aunque el gobierno estatal anunció la construcción de cinco nuevos pozos, ninguna de esas obras beneficiará directamente a estas comunidades, donde los cortes en el suministro se han vuelto frecuentes.
De acuerdo con testimonios de los vecinos, mientras las tarifas del agua incrementaron más del 200 por ciento, el alcalde Felipe Arvizu ha dejado fuera a sectores que no apoyan a su administración. Las pipas del Organismo Público Descentralizado de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (OPDAPAS) son vistas abasteciendo a municipios vecinos, en lugar de priorizar las zonas afectadas.
Los residentes advierten que esta situación constituye un castigo político y un uso discrecional de un recurso vital, lo que genera malestar social y aumenta la tensión con las autoridades municipales.
A nivel estatal, la problemática es aún mayor. Datos de la Encuesta Nacional de Hogares (ENH) del INEGI indican que el Estado de México concentra aproximadamente el 25 por ciento de los hogares sin acceso regular al agua potable en México, reflejando la magnitud del desafío.
Expertos en gestión hídrica han advertido que Ixtapaluca enfrenta un grave rezago en infraestructura, agravado por fugas, deficiente mantenimiento de pozos y falta de inversión en el sistema. La desconfianza de la ciudadanía crece al percibir que la solución a este problema estructural se maneja con fines políticos, en lugar de priorizar la necesidad social.
