Han transcurrido once días desde la desaparición de Luz Victoria Lindo Samaniego, maestra de educación inicial de 54 años en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM). La docente, originaria del centro poblado de Balcón en Junín, partió el sábado 11 de octubre con destino a su vivienda en Matichacra, pero nunca llegó.
Según familiares, Lindo había caminado durante más de diez horas por una trocha peligrosa de abismos y sin señal telefónica, transitando entre ambas comunidades para llegar a sus alumnos en la zona. La última comunicación que tuvo con su hijo, Héctor Fernández Lindo, fue a las 4 de la mañana, avisando de su salida, y a las 2 de la tarde envió su último mensaje desde el puente Huacachi, a orillas del río San Fernando. Desde entonces, su teléfono quedó sin señal.
Seis días después, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional se sumaron a la búsqueda, partiendo desde el sector El Mirador, junto con comuneros y familiares que rastrean los cerros y quebradas en busca de noticias. Hasta entonces, la búsqueda dependía del esfuerzo conjunto de residentes locales, quienes formaron grupos de hasta 60 personas con apoyo de la UGEL Huancayo y la Municipalidad de Santo Domingo de Acobamba.
El suboficial Christian López Medina, de la comisaría local, explicó a La República que inicialmente no intervinieron en la zona, considerada de alto riesgo por su condición de 'zona roja' del VRAEM, debido a órdenes superiores. Sin embargo, tras la presión comunitaria, las fuerzas del orden se unieron al operativo.
El Gobierno Regional de Junín ha reforzado la búsqueda con el uso de dos drones que sobrevolaron las inaccesibles riberas del río San Fernando, además de trasladar víveres y agua para las brigadas. En Huancayo, maestros de comunidades cercanas, como Rosas Pampa, Yunca Chaquicocha y Matichacra, exigieron la incorporación de equipos especializados, incluyendo perros rastreadores, dada la difícil geografía.
Uno de los docentes, Ronald John Blas Ángeles, director de Yunca Chaquicocha, detalló que llegar a las escuelas puede tomar hasta siete horas en camioneta y posteriores caminatas en trochas resbaladizas, lo que pone en riesgo semanalmente su vida, por la falta de infraestructura y apoyo institucional.
Los comuneros lamentan que la ausencia de carreteras agrava la situación. Si existiera un acceso vehicular entre el puente sobre el río Mantaro y Matichacra, aseguran, las operaciones de rescate serían más eficientes.
Familiares de Luz Lindohan reclamado la falta de comunicación del Ministerio de Educación, del Ministerio del Interior y del MIMP con respecto a la gravedad del caso. La búsqueda sigue sin resultados positivos.
Los hijos de la docente han divulgado los números 939 255 351 y 968 666 700 para recibir cualquier información sobre su paradero, además del número de emergencia 114 de la Policía Nacional. También solicitan donaciones de alimentos y agua, ya que las jornadas de búsqueda se extienden por todo el día en condiciones extremas.
Este caso expone la precaria situación de los docentes rurales en zonas alejadas del país, donde la falta de infraestructura y la inseguridad ponen en riesgo tanto su labor educativa como su vida.