En medio de lodo, agua estancada e incertidumbre, decenas de familias en las comunidades de Tlacuitlapa y Ahuatenco, en Santiago Tianguistenco, enfrentan las secuelas del desbordamiento del río Mazacalco ocurrido la tarde del viernes. El incidente fue causado por un taponamiento en la convergencia de dos canales, resultado de acumulación de basura, y dejó al menos 45 viviendas afectadas, siete de ellas con anegaciones en su interior, según informes preliminares de las autoridades. Aunque no hubo reporte de personas lesionadas, los daños en infraestructura y bienes materiales son severos. Vecinos de la zona reportaron que el agua arrastró muebles, electrodomésticos, animales de corral y dejó calles y patios cubiertos de lodo. Una vecina afectada manifestó: «Perdimos casi todo, lo que teníamos adentro quedó inservible. Lo peor es que no es la primera vez». En respuesta, el Gobierno del Estado de México, en coordinación con autoridades municipales y federales, activó un operativo de emergencia en el que participan 40 elementos del Grupo Tláloc de la Comisión de Agua del Estado de México, Protección Civil, el Ejército Mexicano y la Comisión Nacional del Agua. Se emplean maquinaria especializada como vactors, bombas hidráulicas, pipas y retroexcavadoras para limpiar calles, drenajes y realizar tareas de desazolve. Además, brigadas médicas y de salud pública recorren las zonas más afectadas. Como medida de apoyo, se habilitó un albergue temporal en la Escuela Secundaria de Tlacuitlapa, y el DIF municipal distribuye despensas, cobijas y kits de limpieza para quienes no pueden regresar a sus hogares. La presidenta municipal Erika Olea de la Torre aseguró que desde el primer momento, se desplegaron elementos de Seguridad Pública, Medio Ambiente, Agua y Servicios Públicos para atender a la población. «Estamos conscientes del momento difícil que atraviesan muchas familias. No están solas; seguimos trabajando con el corazón por nuestra gente», afirmó. Desde el gobierno estatal, se reforzó el llamado a no arrojar basura en ríos, canales o drenajes, pues estos actos provocan bloqueos como el que causó la emergencia. La Comisión Nacional del Agua también participa en las tareas de limpieza del cauce. Mientras las autoridades continúan evaluando los daños, las familias afectadas buscan rescatar lo poco que quedó en pie, algunas improvisando techos de lona, otras permanecen en los albergues esperando información sobre sus viviendas. Se anticipan más labores de apoyo durante los próximos días, y se trabaja en un censo de afectaciones para definir ayudas adicionales.