Cada año, entre junio y agosto, diversos rincones del Estado de México se iluminan con el resplandor de las luciérnagas, creando un espectáculo natural que atrae a miles de visitantes en busca de una experiencia única: recorrer bosques en la oscuridad mientras diminutos destellos parpadean en el aire.
Este fenómeno puede vivir en más de 30 ecoparques distribuidos en diferentes municipios, como Amecameca, Ayapango, Chalco, Ecatzingo, Ixtapaluca, Tepetlaoxtoc, Texcoco, Tlalmanalco, Tepotzotlán y Jiquipilco. Aunque cada espacio tiene características particulares, todos ofrecen entornos en contacto directo con la naturaleza, promoviendo un turismo responsable que respeta y preserva el hábitat.
Proteger el ecosistema de las luciérnagas es crucial. Por ello, se recomienda a los visitantes evitar el uso de luces artificiales (linternas, celulares, cámaras), no aplicar repelente ni perfumes, y abstenerse de llevar mascotas. Además, se exhorta a mantener el silencio, no tocar a los insectos y seguir las indicaciones de los guías locales.
Para una experiencia segura y respetuosa, se aconseja vestir ropa adecuada para la lluvia en colores neutros, llevar calzado cómodo e impermeable, y reservar con anticipación, ya que la demanda durante la temporada es alta. Los recorridos generalmente comienzan alrededor de las 18:30 horas y pueden variar según el ecoparque.
Organizaciones, comunidades y autoridades han implementado capacitaciones para quienes ofrecen servicios turísticos en estas zonas, incluyendo a biólogos y especialistas. Este esfuerzo busca promover un turismo consciente, que vaya más allá de tomar una foto, fomentando una relación respetuosa y sostenible con la naturaleza.
Si planeas visitar un ecoparque para ver luciérnagas en 2025, recuerda que lo más importante no es solo admirar el espectáculo, sino hacerlo de manera responsable y respetuosa con el entorno.