Las fuerzas de seguridad de Costa Rica lograron desarticular una organización narcotraficante transnacional con raíces en Colombia, tras un operativo que culminó en múltiples allanamientos en las provincias de Puntarenas, Heredia y Alajuela. La acción, llevada a cabo la mañana del martes 21 de octubre de 2025, aseguró la incautación de siete toneladas de drogas y la detención de siete integrantes clave del grupo.
Durante la operación, las autoridades arrestaron a cinco ciudadanos colombianos—identificados como los apellidos Bedoya, Lara, Núñez, Sánchez y Muñoz—junto a dos costarricenses, Barquero y una mujer con el apellido Acuña. En los allanamientos, se decomisaron 194 paquetes de cocaína, 14 de marihuana, cuatro de droga sintética, además de armas de fuego calibre nueve milímetros, un revólver, armas de grueso calibre, una escopeta, radios satelitales, dispositivos GPS para embarcaciones, cinco vehículos, dos motocicletas, motores para lanchas y una cantidad no especificada de dinero en efectivo en colones.
La organización operaba desde Turbo, Antioquia, en Colombia, trasladando estupefacientes hasta Costa Rica para almacenarlos y posteriormente exportarlos a diferentes destinos internacionales. La red utilizaba diversos recursos logísticos y métodos para mantener el flujo constante de drogas, permitiendo la incautación de siete toneladas en total y la detención de once miembros en los últimos años.
Además del narcotráfico, la estructura criminal diversificó sus actividades para legitimar sus ganancias ilícitas. Entre sus operaciones, adquirieron propiedades, incluyendo una en la zona del Pacífico costarricense, en proceso de convertirse en un complejo turístico valorado en aproximadamente USD 500,000. También invirtieron en Colombia, ampliando así su alcance financiero.
Mientras en Costa Rica la organización mantuvo un perfil discreto y bajo perfil económico, en Colombia exhibían una presencia más ostentosa y visible, reflejo del alcance y la influencia de sus actividades criminales. Las investigaciones vinculan al grupo con delitos de ttenencia y portación ilegal de armas, así como con legitimación de capitales.
Este caso revela la capacidad de adaptación de los grupos criminales, quienes ajustan sus estrategias según el entorno y las oportunidades en cada territorio. En el contexto regional, las autoridades colombianas han decomisado más de 160 toneladas de cocaína en el Caribe en lo que va de 2025, indicando un incremento en la presión contra estas organizaciones en toda la región.