
‘Un maestro ejemplar y siempre alegre’, así recuerdan alumnos y ex alumnos a Eduardo Noé, una de las víctimas mortales de la explosión en Iztapalapa. Este viernes, algunos de sus alumnos de bachillerato acudieron a su domicilio en Chimalhuacán para llevarle flores y despedirse del docente, a quien consideran uno de los mejores que han tenido.
‘Sin duda, le apasionaba enseñar. Siempre con una sonrisa nos motivaba a ser mejores personas y estudiantes. Cuando supe la noticia, no podía creerlo; estamos muy tristes’, comentó uno de sus ex alumnos, quien lloró acompañado de dos excompañeras.
Desde la noche del miércoles, cuando se confirmó su fallecimiento, las redes sociales se llenaron de mensajes de cariño y admiración por parte de quienes tuvieron la fortuna de coincidir con él en el aula. La familia de Eduardo, que le dio el último adiós este viernes, fue acompañada por jóvenes que llegaron a ofrecer palabras de aliento.
Tres estudiantes se acercaron tímidamente al sepelio en el domicilio, llorando al ver el ataúd donde descansaba Eduardo, quien en vida siempre tuvo una sonrisa contagiosa y manifestó su pasión por la docencia.
Sus vecinos, sorprendidos, lamentaron la pérdida y destacaron su buena naturaleza. ‘Dios bendiga su camino y a su familia. Es muy triste que alguien tan fuerte haya estado en el lugar y momento equivocados. Era una persona muy buena, que siempre saludaba a los vecinos’, expresó Rosa, residente de la colonia.
En medio de cantos religiosos, con una llovizna tenue y rodeado de familiares, vecinos, alumnos y ex alumnos, Eduardo Noé fue despedido en la calle Naranjos del Barrio Fundidores, en Chimalhuacán. Decenas de arreglos florales adornaron el ataúd, reflejo del cariño que dejó en quienes lo conocieron.
Antes de llevarlo al Panteón San Lorenzo, en donde descansan sus restos, su familia, junto a las autoridades del municipio, elevó una oración por su alma, con lágrimas y sentimientos encontrados.
El profesor se encontraba en el lugar del accidente porque se trasladaba desde la preparatoria en La Paz, donde impartía clases en la mañana, hacia la Secundaria Técnica No. 53 ‘Adolfo López Mateos’, en Iztapalapa. Según el gobierno de la Ciudad de México, Eduardo, de 50 años, fue llevado a la Clínica Hospital Emiliano Zapata, en Iztapalapa, donde falleció.
Su cuerpo fue entregado a sus familiares el jueves, y fue velado durante toda la noche y madrugada del viernes. Era una de las diez víctimas mortales del siniestro ocurrido el miércoles en la calzada Ignacio Zaragoza, en la alcaldía Iztapalapa, cuando una pipa cargada de gas LP volcó.
El Gobierno capitalino informó que el accidente dejó 10 muertos y 94 heridos, de los cuales 54 permanecen hospitalizados y 22 ya fueron dados de alta. La caravana fúnebre que llevó a Eduardo al panteón fue acompañada por familiares y autoridades del DIF municipal, que ofrecieron apoyo psicológico y gestionaron espacio y condonación de costos en el panteón para la familia.
Mientras se despedía a Eduardo, en la colonia Ancón, en La Paz, también rindieron homenaje a Juan Carlos, estudiante herido en la misma tragedia y alumno del CECyT No. 7 'Cuauhtémoc' del IPN, que falleció posteriormente en un hospital.