Durante años, Omar Antonio Santa Cruz Mazase transitó por las calles de Miraflores sin despertar sospechas. Con un rostro amable, cabello cano y voz pausada, parecía un residente más del distrito. Saludaba a comerciantes y recorría avenidas como El Ejército, Mendiburu y San Fernando con la confianza de quien conoce cada rincón. Nadie imaginaba que detrás de su apariencia educada se escondía un ladrón con robos planeados en tiendas de productos importados.
A los comerciantes se les empezó a conocer como el “Tendero gourmet” debido a su selectivo y sofisticado modus operandi. No se llevaba cualquier artículo; elegía cafés importados, aceites de oliva extra virgen, quesos europeos y atunes premium. Mientras otros ladrones huían con lo primero que encontraban, él actuaba con calma, seleccionaba los productos más caros y salía sin nerviosismo, confiando en que su porte elegante distraía a los vigilantes.
El 8 de octubre, las cámaras de seguridad de un minimarket en Miraflores captaron claramente su forma de actuar. A las 8:28 de la mañana, Santa Cruz ingresó con una bolsa blanca, revisó los estantes, tomó varios frascos de café de tapa dorada y, tras llenar su bolsa, salió como si nada ocurriera. La administradora del local, Patricia Laimé, quien ya lo tenía fichado por hurtos previos, salió tras él y solicitó apoyo a sus colaboradores. La persecución duró varias cuadras por la avenida El Ejército; en su intento por escapar, arrojó las mercancías pero fue alcanzado por un trabajador cuando intentaba abordar un bus.
Gracias a una alerta emitida desde la central de monitoreo, Serenazgo y Policía Nacional intervinieron en minutos. Además, el rostro del sospechoso ya formaba parte del sistema de reconocimiento facial de la Municipalidad de Miraflores. Días antes, las cámaras lo habían capturado caminando por distintas zonas del distrito con su característica bolsa blanca. La tecnología permitió rastrear sus desplazamientos y confirmar su identidad.
El general (r) Mario Arata, gerente de Seguridad Ciudadana de Miraflores, explicó a «Buenos Días Perú» que las imágenes del 4, 7 y 8 de octubre fueron clave para resolver el caso. El software de reconocimiento facial analiza porcentajes de similitud para identificar a personas en las cámaras y emite alertas cuando detecta a individuos buscados al ingresar al distrito. Este sistema también ayudó a establecer que Santa Cruz Maza había recorrido avenidas como Larco y Tarata, donde ya se registraron delitos similares.
Las autoridades compartieron su registro facial con la mancomunidad Lima Centro, integrada por 12 distritos, para prevenir nuevos robos con módulos similares. La policía verificó que Omar Santa Cruz tenía antecedentes por similares delitos en Magdalena del Mar y Pueblo Libre, donde también residía. En todos los casos, su método consistía en ingresar a tiendas selectas, esconder productos valiosos y pagar artículos de menor valor para no levantar sospechas.
Informes policiales señalan que utilizaba varias bolsas superpuestas para ocultar los objetos robados, evitando que traslucieran. Gracias a su meticulosidad, logró cometer estos delitos durante años sin ser detectado. Sin embargo, esta vez el valor de lo sustraído superó el límite para delitos leves, lo que facilitó su captura.
Apesar de la detención, la Fiscalía ordenó su libertad, lo que generó molestias entre las autoridades locales. El gerente de Seguridad Ciudadana, Mario Arata, comentó que "este tipo de casos se vuelve complejo porque, al no tratarse de montos altos, muchos terminan en libertad nuevamente". En respuesta, la Municipalidad de Miraflores intensificó la capacitación a comerciantes y reforzó los controles en establecimientos de alta gama para prevenir futuros delitos similares.