
La Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex) enfrenta una contradicción presupuestal: a pesar de un incremento en el financiamiento total durante los últimos 15 años, el dinero disponible por estudiante ha caído 27 por ciento en ese periodo.
Según el estudio ‘¿Más presupuesto, mejor educación? Evolución del financiamiento público a la UAEMex, 2010 – 2025’, elaborado por el Centro de Investigación en Ciencias Económicas de la Facultad de Economía, el subsidio real por alumno se redujo de 55 mil 530.11 a 40 mil 179.99 pesos, lo que representa una caída acumulada de 27.6 por ciento. Esta disminución equivale a más de 15 mil pesos por estudiante, pese a que la matrícula casi se duplicó.
El documento, elaborado por los profesores Javier González Martínez y Laura Elena del Moral Barrera, señala que la caída del subsidio fue gradual, con breves repuntes en 2012, cuando alcanzó los 56 mil 404.52 pesos, y en 2019, con 51 mil 200.51 pesos, antes de una caída más profunda en los años posteriores. El cálculo del subsidio se realizó mediante una metodología transparente que consideró el subsidio total aportado por la federación y el estado, ajustándolo por inflación.
Los autores advierten que, aunque se incrementó el presupuesto, la UAEMex no cuenta con un modelo de financiamiento que crezca proporcionalmente a la matrícula, lo que ha llevado a atender a más estudiantes con menos recursos por alumno. Esto genera presión en la infraestructura, aulas saturadas y condiciones laborales precarias para docentes.
"Cuando el presupuesto no crece al mismo ritmo que la matrícula, el resultado es una disminución del subsidio por alumno, poniendo en riesgo la calidad educativa y las condiciones de aprendizaje", señalaron.
Mientras tanto, el presupuesto ordinario pasó de 2 mil 737 millones de pesos en 2010 a 6 mil 437 millones en 2025, un aumento del 135 por ciento en quince años. Sin embargo, el estudio destaca que en años críticos, como 2020 y 2024, el estancamiento presupuestal coincidió con crisis sanitarias y transiciones políticas que limitaron los recursos disponibles.
El análisis revela además un crecimiento disparejo en el financiamiento, con alzas reales superiores al 10 por ciento en 2011, 2012 y de 2018 a 2019, pero con crecimientos casi nulos desde 2020, de solo 0.6 por ciento en 2024 y 2025. La reducción en recaudación tributaria y el bajo dinamismo económico han limitado la capacidad de gestión de recursos por parte de los gobiernos, desplazando prioridades como seguridad y salud.
En cuanto a fuente de recursos, el subsidio federal creció de 913 millones de pesos en 2010 a 2 mil 430.8 millones en 2025; el estatal, de 1 mil 321 millones a 3 mil 85.5 millones, y los recursos propios aumentaron de 503 millones a 920.9 millones. Sin embargo, la dependencia de financiamiento público y su inestabilidad dificultan la planificación a largo plazo.
El incremento en matrícula de 51 mil 799 a 98 mil 331 estudiantes (un aumento cercano al 90%) en el mismo periodo ha contribuido a la presión presupuestal, ya que la incorporación de casi 3 mil estudiantes más por año no ha sido acompañada por recursos proporcionales, poniendo en riesgo la calidad educativa.
Finalmente, los autores advierten que, sin mayores recursos para sostener la gratuidad y con una creciente demanda de acceso, las políticas educativas bien intencionadas podrían verse comprometidas si no se incrementan significativamente los subsidios o se fortalecen las fuentes de ingreso autogenerado.