A un semestre de su reelección, encuestas recientes muestran que el respaldo de los estadounidenses a las medidas migratorias duras del expresidente Donald Trump ha disminuido significativamente. Durante su campaña, Trump prometió una histórica campaña de deportaciones, llegando a calificar a los inmigrantes irregulares de «salvajes» y «animales». Sin embargo, sondeos realizados por CNN y CBS revelan un cambio en la opinión pública.
Según CNN, el 55% de los encuestados considera que las redadas, frecuentemente viralizadas en redes sociales con agentes enmascarados deteniendo personas en la calle, han ido demasiado lejos, lo que representa un aumento del 10% respecto a febrero. Además, el 57% se opone a la construcción de centros de detención masiva, mientras que solo el 26% lo apoya.
Por su parte, CBS informa que el 56% de los estadounidenses cree que la administración Trump ataca a migrantes que, en realidad, no representan una amenaza para la seguridad pública, frente al 47% del mes anterior. Solo el 49% aprueba las políticas migratorias del expresidente, frente al 54% de febrero y al 59% en agosto.
El apoyo se mantiene mayoritariamente entre los republicanos, con un 91% a favor de las deportaciones, en contraste con el 59% de independientes y el 86% de demócratas que están en desacuerdo con ellas. Otros sondeos, como el de la Universidad de Quinnipiac, indican que solo un 40% aprueba la gestión migratoria de Trump, mientras que el 55% la desaprueba.
Además, una encuesta de Reuters/Ipsos revela que la aprobación pública de Trump en temas migratorios cayó al 41%, su nivel más bajo desde su regreso a la Casa Blanca. En Miami, más del 60% de los residentes están en desacuerdo con las redadas impulsadas por ICE, y el 61% en esa ciudad piensa que dichas operaciones han ido demasiado lejos.
Por otro lado, en un balance general, el índice de aprobación de Trump ha caído al 42%, frente al 53% de febrero, reflejando una creciente criticidad hacia sus tácticas de mano dura. A pesar de ello, Trump celebró los primeros seis meses de su segunda presidencia visitando su club de golf en Virginia, calificando este período como «uno de los más trascendentales» para cualquier presidente y asegurando que Estados Unidos ahora es el «país más respetado del mundo».
