La Secretaría del Medio Ambiente del Estado de México, a través de Probosque, ha anunciado que durante este año plantará al menos seis millones de árboles en todo el territorio estatal, una cifra similar a la del año pasado. Esto con el objetivo de restaurar las áreas forestales afectadas principalmente por incendios forestales.
El titular de Probosque, Alejandro Santiago Sánchez Vélez, explicó que la iniciativa se realiza en colaboración con la Comisión Estatal de Parques Naturales y de la Fauna (CEPANAF). Además, destacó que el proyecto no solo contempla la plantación, sino también un seguimiento riguroso para garantizar la supervivencia de los ejemplares.
‘No solo plantamos y olvidamos, sino que asignamos responsables, preparamos el terreno adecuadamente y realizamos un seguimiento constante’, afirmó Santos Vélez. Hasta la fecha, ya se han sembrado cerca de un millón de árboles y se continuará con capacitaciones dirigidas a alumnos, maestros y ejidatarios para promover prácticas responsables en la reforestación.
En la misma línea, explicó que se han identificado los municipios prioritarios para la reforestación, considerando las condiciones geográficas y las especies que requieren las zonas más afectadas por incendios. Los municipios con mayor daño son aquellos donde los incendios forestales han destruido más superficie.
Para garantizar la efectividad del programa, desde este año se implementan nuevos filtros en la entrega de árboles. Ahora, quienes soliciten árboles, deben firmar un convenio y posteriormente demostrar evidencia de la plantación, así como del compromiso con su cuidado.
Sánchez Vélez añadió que la sobrevivencia de los árboles se evalúa tras al menos tres años y cuando alcanzan una altura superior a los tres metros. Hasta ahora, han logrado que al menos el 70% de los ejemplares sobrevivan, en comparación con porcentajes menores en el pasado.
Finalmente, recordó que la restauración ecológica prioriza 25 municipios del Estado de México, incluyendo localidades como Toluca, Valle de Bravo, Xalatlaco y Villa del Carbón, donde los esfuerzos buscan recuperar la biodiversidad y la salud de los ecosistemas afectados.