
En las próximas 36 horas, llegarán a las costas venezolanas tres destructores estadounidenses de misiles guiados de la clase Aegis: el USS Gravely, el USS Jason Dunham y el USS Sampson. La medida se enmarca en un esfuerzo por combatir las amenazas de los cárteles de drogas latinoamericanos, según informaron dos fuentes cercanas al asunto.
El pasado 12 de agosto, el canciller venezolano Yván Gil criticó duramente la presencia de Estados Unidos en la región, afirmando que el país norteamericano se 'ampara en el supuesto derecho' de luchar contra el narcotráfico para convertir a Latinoamérica en un ‘nuevo escenario de guerra colonial’. Gil expresó su preocupación por la participación militar estadounidense, calificándola como una grave amenaza para la soberanía venezolana.
Estos movimientos militares coinciden con el anuncio de la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, de aumentar la recompensa por información que lleve a la captura del presidente venezolano Nicolás Maduro, a quien Washington acusa de conspiración de narcoterrorismo y de importar cocaína.
Desde la administración de Donald Trump, Venezuela ha sido objeto de atención especial por parte de EE.UU. La Administración para el Control de Drogas (DEA) vinculó a Nicolás Maduro con el Cártel de los Soles, un grupo criminal considerado terrorista por Estados Unidos en julio pasado. El Departamento del Tesoro también señaló que dicho cártel, liderado por Maduro junto con otros altos funcionarios venezolanos, brinda apoyo material a organizaciones terroristas extranjeras como el Tren de Aragua y el Cártel de Sinaloa, que representan amenazas a la paz y seguridad de EE.UU.
Estas acciones reflejan la escalada de tensiones entre ambos países, en un contexto de acusaciones cruzadas y enfrentamientos diplomáticos en torno a la lucha contra el narcotráfico y la estabilidad política en Venezuela.
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Con información de EFE.